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El piloto polaco que pudo ser campeón del mundo, hoy ve cómo su días en la máxima categoría se diluyen. Robert Józef Kubica es contemporáneo de varios de los campeones recientes de la Fórmula Uno . Debutó en el Gran Circo en 2006 y compitió en los mismos años en los que Michael Schumacher corrió sus últimas carreras con Ferrari, en los que Fernando Alonso logró su doblete con Renault , en donde Kimi Raikkonen y Jenson Button obtuvieron sus únicos títulos y en los que Lewis Hamilton y Sebastian Vettel ganaron sus primeras coronas.
El nacido en Cracovia llegó a la F1 impulsado por Renault, ya que ganó la World Series de la marca en 2005, que lo catapultó para ser piloto de pruebas de la escudería francesa. Sin embargo, el equipo que lo debutó fue BMW Sauber, que lo presentó en 2006 como su tercer piloto y lo debutó en la segunda mitad de la temporada, sustituyendo a Jacques Villeneuve. Logró su primer podio sólo tres carreras después con el tercer lugar en el Gran Premio de Italia, hazaña que han logrado seis pilotos en la historia.
En 2007 su carrera seguía en ascenso y, aunque sufrió un aparatoso accidente en el Gran Premio de Canadá, terminó sexto en el campeonato. 2008 fue su mejor año, ganó su única carrera hasta al momento y obtuvo su primera pole position, terminando cuarto general. Para entonces, la presencia de Robert Kubica en la Fórmula 1 era ya un referente, la de un potencial campeón del mundo que teniendo un coche a la altura de su manejo no tardaría en convertirse en coronarse.
Kubica fue tentado, como muchos otros pilotos, por el vicio de la adrenalina, de exponerse al peligro por el simple hecho de competir y medirse con otros.
Antecedentes no faltan: el piloto mexicano Pedro Rodríguez murió en 1971 al disputar una carrera de exhibición en Nuremberg, Alemania, pues decía que un fin de semana sin carreras era un desperdicio; Mark Webber , piloto de Red Bull fue atropellado mientras disputaba una prueba de deporte extremo en 2008.
En 2011, previo al campeonato de F1 y en donde el polaco ya se enfilaba hacia su segundo año con Renault, Kubica aprovechó el invierno para competir en varios rallies (categoría a la que llegó en 2009), pero un accidente el 6 de febrero cortó su ascendente trayectoria, en un percance en Italia que casi le cuesta el brazo derecho.
Ocho años después, tras múltiples operaciones, regresó a la F1 como piloto titular en Williams , después de dos años de preparación y ganar algunos rallies, categoría a la que regresó después de su accidente y tras perder su asiento en Renault.
Hoy, Kubica se enfrenta a una amarga realidad. Tiene el peor auto de la parrilla, tres segundos más lento que los punteros, y es incluso un segundo más lento que su compañero de equipo, el novato inglés, George Russell . Rumores en el paddock afirman que Williams ya busca su reemplazo y quizá no termine la temporada.
Robert Kubica
recuerda: “No estaba contento con ser lo bueno que era, necesitaba más; pensé que los rallies me darían eso. Y me lo dieron. El problema es que pagué un alto precio”. Una estrella que poco a poco vive sus últimos días en la F1, una lástima.
@jgarciacontacto