Diversas versiones afirman que Senna había perdido las ganas de correr al día siguiente, y que a su entonces novia, Adriane Galisteu , le comentó que si pudiera no competiría, pero era un profesional y tenía que hacerlo.

Todas las costumbres que Ayrton tenía previas a un Gran Premio ese 1 de mayo cambiaron: tardó más de la cuenta en salir a la pista, revisó meticulosamente el Williams , realizó tres vueltas de reconocimiento —cuando lo usual en él eran dos—, y todavía se quitó el casco dentro del auto para dirigirse a la prensa criticando a su equipo, argumentando que su auto era difícil de controlar y quejándose de que el circuito italiano era peligroso. Lo usual en Ayrton era permanecer con su casco puesto dentro del auto sin hablar y en concentración total. Ese día también pidió una bandera austriaca que pensaba levantar cuando ganara, en homenaje a Ratzenberger.

Morir al frente. Al inicio de la carrera, Pedro Lamy embistió el Benetton de JJ Lehto y fue necesaria la intervención del auto de seguridad. La carrera se reanudó en la vuelta cinco sin que nadie imaginara lo que pasaría en la séptima. Jo Ramírez, entonces coordinador deportivo de McLaren recuerda en su libro: “Al final de la siguiente vuelta, Senna estaba medio segundo delante de Michael Schumacher , quien se dio cuenta que Ayrton estaba sobremanejando el Williams , el cual azotaba con fuerza contra el suelo y estaba seguro que tendría que disminuir la velocidad tarde o temprano. Pero tal vez ni siquiera Michael comprendía el deseo de ganar de Ayrton , nada en este mundo lo hubiera hecho disminuir la velocidad. Simplemente, odiaba llegar en segundo lugar y puede que esto, más que nada, haya sido lo que le costara la vida, su total incapacidad para aceptar la derrota*”.

La última vuelta. Senna continuaba primero, seguido de Schumacher, y pasó a gran velocidad frente a los pits. En la curva Tamburello, que más bien es una recta doblada donde nadie levanta el acelerador, Ayrton perdió el control y se estrelló brutalmente contra el muro de contención. El impacto fue tal que rebotó hasta la mitad de la pista, aunque, debido a la inercia, volvió a salir de ella. Fue un impacto fuerte, pero todos esperaban verlo salir del coche por su propio pie. Pero el tiempo transcurría y Ayrton seguía dentro del auto, los únicos gestos que hizo fueron dos movimientos de cabeza, que en realidad eran espasmos causados por impulsos nerviosos. 21 segundos más tarde lo asistieron los médicos del circuito, y un minuto después los doctores de la Fórmula Uno , encabezados por el profesor Sid Watkins, lo sacaron del Williams para hacerle una traqueotomía, pero una enorme mancha de sangre sobre el circuito hizo temer lo peor a los millones de aficionados que seguían la transmisión del Gran Premio por televisión. En los siguientes minutos un helicóptero lo llevaría al hospital de Bolonia , pero a las 18 horas se hizo el anuncio oficial: Ayrton Senna Da Silva había muerto.

*Tomado del libro de Jo Ramírez. Mi vida en la Fórmula Uno . Editorial Aguilar, México, 2005.

@jgarciacontacto

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