Jorge Egren Moreno

Los ciclos del poder

¿Tendrán tiempo los actores políticos para renovar su oferta y construir una narrativa electoral lo suficientemente convincente para 2021? Los ciclos del poder pueden reconfigurar el mapa geopolítico y así lo ha demostrado la historia reciente

05/06/2019 |01:11
Redacción El Universal
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El pasado domingo 2 de junio se celebraron elecciones en seis estados de la República: Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla, Tamaulipas y Quintana Roo. Baja California y Puebla eligieron gobernador. De acuerdo con información de los Programas de Resultados Electorales Preliminares, la coalición encabezada por Morena ganó ambas plazas con cómodas ventajas de dos dígitos. El PAN refrendó las capitales de Aguascalientes y Durango, así como su mayoría legislativa en Tamaulipas al ganar 21 de los 22 distritos. El PRI compitió solo y se desfondó porque apenas logró la victoria en 16 municipios pequeños de Durango y cuatro de Puebla, una diputación de mayoría en Quintana Roo y otro municipio en Aguascalientes. No alcanzó ningún triunfo en Baja California y Tamaulipas.

La mala nota de la jornada electoral fue la baja tasa de participación ciudadana . Quintana Roo apenas registró el 22.1% y Durango obtuvo la mejor tasa con 44.8%. Las elecciones a gobernador, que suelen ser más atractivas, tampoco captaron la atención de los votantes: en Baja California votó el 29.5% de los ciudadanos convocados a las urnas y en Puebla el 33.4%. Tradicionalmente, los comicios locales no concurrentes con la federal tienen índices reducidos de votación, pero en esta ocasión fueron inusualmente menores.

De 2015 a 2019, se celebraron 35 elecciones para renovar al titular del poder ejecutivo local. En 23 de ellas cambió el partido en el gobierno. Durante los últimos años la alternancia se ha convertido en una práctica regular de la democracia mexicana. Los electores tienen el poder de premiar o castigar el desempeño de los gobiernos mediante el voto. El próximo año, el mapa electoral estará conformado por 12 gubernaturas encabezadas por el PRI , 10 por el PAN , 7 por Morena y las dos restantes por Movimiento Ciudadano y el independiente Jaime Rodríguez Calderón. Esta geografía electoral tiene una composición equilibrada entre las principales fuerzas políticas del país.

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El 2020 será un año atípico en materia electoral. Únicamente dos estados acudirán a las urnas: en Coahuila se elegirán las 25 diputaciones locales y en Hidalgo a los integrantes de sus 84 ayuntamientos. La paulatina homologación de los calendarios electorales federales y locales hará que en 2021 ocurra la madre de todas las batallas. En dos años coincidirán las elecciones federales para renovar la Cámara de Diputados con comicios locales en las 32 entidades federativas. De ellas, 15 elegirán al titular del poder ejecutivo local: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Actualmente ocho de ellas son encabezadas por el PRI, cuatro por el PAN y una por el PRD. Morena gobernará por dos años Baja California y Nuevo León está encabezado por un independiente.

Con los resultados de la elección de 2021 se redefinirá por completo el mapa geopolítico de México y el ciclo de los calendarios electorales empezará a converger cada vez más. En otros países de América Latina están acostumbrados a tener elecciones generales, es decir, renuevan todos los poderes públicos en una sola jornada electoral. Así sucede en Brasil, Guatemala y Panamá. Uruguay, Bolivia y Perú en un mismo proceso eligen a todos los cargos nacionales y en otro, que se celebra en un año distinto, a todos los locales. La sincronización de las votaciones trae aparejado un efecto de arrastre con aquella elección que acapara la atención de la ciudadanía. En los comicios recientes, el fenómeno López Obrador alcanzó a Baja California y Puebla, bastiones del panismo.

En dos años todo puede pasar. Por un lado, el partido en el gobierno podría incrementar su popularidad y afianzar su base electoral en el corto plazo con su política de transferencias directas a beneficiarios de programas sociales o enfrentarse al desgaste natural del ejercicio del poder. La oposición la tiene más complicada, pues la agenda pública está dominada por el presidente. La moneda está en el aire. ¿Tendrán tiempo los actores políticos para renovar su oferta política y construir una narrativa electoral lo suficientemente convincente para 2021? Los ciclos del poder pueden reconfigurar el mapa geopolítico y así lo ha demostrado la historia reciente de nuestro país.

Especialista en temas electorales.