Tanto el estudio como la práctica del ajedrez requieren paciencia. “Todo poder humano se forma de paciencia y tiempo”, decía el poeta Walt Waldo Emerson.
La resistencia anímica durante la lucha, la fortaleza ante el oponente y la paciencia para lograr determinados objetivos en situación antagónica, forman parte de las cualidades de todo buen ajedrecista. Para el filósofo Immanuel Kant , “La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte”.
En su tiempo, el poeta Pablo Neruda (1904- 1973), al referirse a las luchas sociales por un mundo más justo y digno para todos, dijo: “Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.”
El ajedrez es una lucha de ideas que se dirime a la luz del estudio, la constancia y la paciencia. Por eso el político, científico y ajedrecista Benjamín Franklin (1706- 1790) dijo: “Con la paciencia y la tranquilidad se logra todo… y algo más”.
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