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El jueves pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con varios liderazgos evangélicos. La petición de las iglesias evangélicas fue una: tener sus propios medios de comunicación, particularmente estaciones de radio y televisión.
En México está prohibido que las iglesias tengan sus propios medios masivos de comunicación. Lo que se refrendó en 1992, en la Ley de Asociaciones Religiosas. Ahora, los principales grupos religiosos en el país —católicos y evangélicos— luchan entre ellos por cambiar esa regla y ver quién se beneficia más en un intento por incidir en la vida política del país.
La primera vez que se tocó el tema fue en la preparación de la visita de Estado del Vaticano a México, en 2016. En aquella visita, los representantes del Papa Francisco formalizaron la petición de que la Iglesia católica tuviera acceso a la radio y TV. El gobierno federal del entonces presidente Peña se negó, pero dos años después los priistas cambiaron de opinión. De hecho, en abril de 2018, ya con un católico como su candidato a la presidencia, José Antonio Meade, los diputados priistas propusieron cambios a leyes para que pudieran operar estaciones de radiodifusión y tener concesiones de telecomunicaciones. Sin embargo, por falta de tiempo no pudieron procesar el tema y el desastroso resultado electoral mató el interés del PRI.
Ahora los evangélicos cabildean el tema con el nuevo Presidente. Es este grupo el que ha usado, para fines religiosos, con más éxito la televisión y los tele-maratones para recaudar fondos. En Estados Unidos, por ejemplo, existe la cadena de TV religiosa más grande del mundo: Trinity Broadcast Network (TBN), la cual se retransmite a miles de estaciones en el mundo.
Pero también los evangélicos, a pesar de ser minoría en América Latina, han tenido un papel cada vez más relevante en la parte política, apoyando y poniendo presidentes de derecha.
Algunos ejemplos: el hoy presidente brasileño, Jair Bolsonaro, recibió el apoyo constante de la segunda televisora con más audiencia, TV Record, propiedad del creador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, Edir Macedo. En Guatemala, el presidente Jimmy Morales también fue apoyado por los medios evangélicos, como Radio Cultural TGN. A tal grado que se dio el lujo de boicotear a otros medios como TV Azteca-Guatemala.
Pero el caso más evidente se da en Estados Unidos. Ahí TBN y el Christian Broadcast Network, ambas estaciones evangélicas, son las estaciones de TV que más apoyo dan al presidente Donald Trump. De hecho, a las iglesias evangélicas la revista Político ya las rebautizó como la Church of the Donald. Y es que dedican más tiempo que la cadena FOX a apoyar sus planes de gobierno y a criticar a sus opositores. No es casualidad que el principal presentador tele-evangélico, Mike Huckabee, sea el padre de la vocera presidencial Sarah Huckabee Sanders.
Así, las iglesias evangélicas han tomado ventaja sobre la Iglesia católica en varios países y actualmente sienten que en México tienen ventaja política sobre la Iglesia católica, dadas las creencias del Presidente, y lo quieren aprovechar.
Si en México se permitiera que las iglesias tuvieran estaciones de radio y TV, las consecuencias serían muchas. De entrada, en lo electoral, las reglas tendrían que ser reescritas. En lo social, sería un duro golpe para la Iglesia católica, que no se ha preparado para esta confrontación, pudiendo perder millones de feligreses.
El presidente López Obrador remitió el tema a la Secretaría de Gobernación para que lo estudie. Pero mientras éste se define, están surgiendo decenas de estaciones ilegales (la cámara de la industria mexicana, CIRT, reporta 296 operando), la mitad de éstas en el sureste y varias son de orientación religiosa. A falta de claridad, empezarán a crecer en la ilegalidad esperando sean eventualmente regularizadas, como ha sucedido con otras tantas cosas irregulares en el país.
La lucha por el poder entre las iglesias, su preeminencia con el Presidente en turno y la búsqueda de herramientas de comunicación masiva entrarán en una nueva fase. El pronóstico es reservado. El debate sería sano.
*Cambiando de tema:
Ante el desgaste de varios funcionarios federales hay dos grandes semilleros para relevos: el gabinete de la CDMX, en donde hay varios cuadros capaces y destacados, vinculados a Claudia Sheinbaum; y, con discreción, los cuadros que se están formando en las alcaldías morenistas del Estado de México, vinculados a Marcelo Ebrard. Y es que, en materia hacendaria, 14 municipios se han coordinado para homologar prácticas con buenos resultados. Entre ellos, Atizapán, donde la recaudación ha subido y su presupuesto se aprobó por unanimidad.
Twitter: @JTejado