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La televisión y la radio públicas, las estaciones que controla el gobierno federal, por lo general han tenido poca audiencia dado que mayormente han servido para hacer transmisiones oficialistas, que no gustan a la audiencia mexicana, que viene exigiendo mejores contenidos y que cada día tiene más opciones de información y entretenimiento con cientos de canales disponibles entre la TV abierta, la TV restringida y las transmisiones por internet.
De un estudio de inteligencia de audiencias sobre los canales públicos a lo largo de los últimos 15 meses, con base en las 28 ciudades que mide Nielsen-Ibope-México, se revela la siguiente información:
*Canal 11, del Instituto Politécnico Nacional. En el sexenio pasado, era común que su audiencia promedio por hora superara las 80 mil personas en el horario triple AAA (prime-time), esto es de las 18:00 a las 24:00 horas. De hecho, en marzo del 2018, su audiencia promedio en el horario triple AAA fue de 85 mil personas, pero en marzo de este año la audiencia cayó a 66 mil personas. Y en lo que va de abril, bajó aún más, pues reportan 62 mil. Una caída en el prime-time de cerca de 30%.
La audiencia promedio de las 06:00 a las 24:00 horas también marca un declive. En marzo del año pasado eran 70 mil personas por hora, en promedio, y este marzo ya reportó 58 mil.
El único momento en el que se registra una mejoría en el nivel de audiencia, y que es lo que salva su promedio, es de las 07:00 a las 8:30 horas, donde de un promedio de 31 mil personas, triplicó su audiencia hasta más de 94 mil por hora. La razón: las mañaneras del presidente López Obrador.
*Canal 14, del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR). Este canal —poco conocido, salvo ahora por los diferendos entre los periodistas Jenaro Villamil, hoy director del SPR, y Fernando Coca, exdirector del canal 14, y quien duró en el cargo unas cuantas semanas— traía una audiencia promedio, hace un año, de apenas 10 mil personas. Hoy, su audiencia en promedio es de 25 mil. La razón: otra vez las mañaneras del Presidente salvan al canal, pues de tener apenas 6 mil personas en las mañanas sintonizándolo, de 07:00 a 8:30 horas subió a 88 mil. Este es el único canal que pasa de manera ininterrumpida las conferencias matutinas del Presidente.
*Canal 22, de la Secretaría de Cultura. En el horario estelar, este canal también va a la baja. El año pasado, en marzo, de tener 36 mil personas, ahora cayó a 20 mil. De hecho, registra caídas en todos sus horarios. Tan sólo en el prime-time, hay una caída de 55%. Y como no dedica mucho tiempo a la transmisión de la mañanera, su horario matutino no registra incremento alguno.
Algo están haciendo mal los canales públicos federales que están dilapidando sus audiencias. A los canales 11 y 14 les da algo de oxígeno el presidente López Obrador con sus mañaneras. El 22 ni siquiera cuenta con ese oxígeno. Y digo algo de oxígeno, pues les sube un poco sus famélicos ratings, mismos que no tienen ni comparación con las audiencias que en informativos o programas de entretenimiento tiene la TV privada. Y es que Televisa y TV Azteca presentan, en promedio, millones de personas sintonizando diariamente sus canales e Imagen TV a cientos de miles. Mientras, los tres canales públicos federales, juntos, ni siquiera promedian cien mil personas a lo largo del día.
Y no es un tema presupuestal, pues reciben millonarias sumas para operar, recursos que no disponen muchos canales privados que los superan en audiencia. El SPR recibirá, este 2019, 508 millones de pesos, el Canal 11, 530 millones y el Canal 22, 220 millones.
La TV pública debe tener una misión: hacer televisión informativa/cultural y evitar los sesgos comerciales que pudiera tener la TV privada. Ese es su objetivo en todo el mundo. Hay grandes ejemplos de ello: PBS en EU; RTVE en España; o la BBC en Gran Bretaña. Sin embargo, aquí la TV pública no ha logrado cuadrar un objetivo y menos mantener sus audiencias. Todo lo contrario.
Pero además de no tener claridad editorial, ahora nos enteramos que quienes la han dirigido, la usaron como fuente de millonarios recursos para hacer negocios privados y colocar a estratosféricos precios “campañas de publicidad”. De hecho, hay “perdidos” más de 800 millones de pesos en campañas oficiales que el anterior gobierno les contrató. Abuso tras abuso, pues.
Ante ello, sería deseable que los nuevos directores sí transparenten quiénes le hicieron “huachicoleo” a los medios públicos, pero, sobre todo, que definan cuál va a ser su política editorial. Hoy en día se ven perdidos y sólo los salva el presidente López Obrador con sus mañaneras, efecto que se irá diluyendo pues los interesados en las conferencias matutinas están migrando a internet, donde éstas tienen, en promedio, 586 mil reproducciones diariamente sólo en YouTube.
Así, los medios públicos en México están viviendo su peor momento en la captación de audiencias. Y no se ve que tengan un plan para remontar esta situación y ganar credibilidad. Ojalá pronto lo tengan y éste sea exitoso. De lo contrario, su mejor apuesta, y lo más económico, será repetir a lo largo del día las conferencias del Presidente.
Cambiando de tema: ¿Notimex para Cuba y Venezuela? Tal parece que la titular de Notimex, Sanjuana Martínez, quiso abonar a la crisis que hay en los medios del Estado, con la ocurrencia de declarar que buscará reforzar su enfoque en América Latina porque le preocupa el peligro que representa EU para Venezuela y Cuba.
Al decir que se quiere incrementar la presencia de Notimex en la isla por que “nos necesita igual que Venezuela, y vamos a estar allí porque somos hermanos” parece no entender que la Agencia se creó y debería servir para promocionar a México en el extranjero. Dar a conocer nuestros lugares turísticos, lugares para invertir, nuestra cultura, rutas deportivas, pueblos mágicos, etc. ¿Quién va a venir de Cuba y Venezuela a México? Sólo los migrantes que huyen de esos países.