La semana pasada, sorprendió la propuesta del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de “procurar el regreso a la radio de José Gutiérrez Vivó y de Carmen Aristegui, desde luego, siendo muy respetuosos de los dueños de las concesiones”. Así, respectivamente, habría pedido un borrón y cuenta nueva entre Gutiérrez Vivó y su ex empleador, Grupo Radio Centro, así como entre Aristegui y Grupo MVS.
La idea me parece genuina, bien intencionada y, desde luego, muestra buena fe, pero desconoce el estatus del severo conflicto entre comunicadores y ex empleadores, ambos señalados como “despidos injustificados”. Y ello también complica la relación entre el siguiente gobierno federal y los concesionarios de la radiodifusión. Veamos por qué.
En el caso de Gutiérrez Vivó, el litigio de más de 16 años ya, ronda los 700 millones de pesos. Como parte de un arbitraje internacional, el comunicador debería haber recibido 400 millones de pesos, pero luego de otro litigio y un procedimiento de compensación, se estableció que éste aún debía a sus ex empleadores 300 millones. Aunque el tema sigue en litigio, se ve improbable que Gutiérrez Vivó pague 300 millones a Radio Centro o que una empresa que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores como Radio Centro, condone un adeudo por esa cantidad.
Además, Gutiérrez Vivó arrastra millonarios adeudos fiscales con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), con el Seguro Social, el Infonavit y hasta con el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radiodifusión (STIRTT), con quienes continúa vigente una huelga en su contra.
En el caso de Aristegui, los litigios, sin ser tan extensos y variados como en el caso anterior, son al menos tres, cuyo estatus está vigente con MVS: uno, civil, que la acusa de mentir en el prólogo de un libro. En este litigio hasta ahora va ganando MVS. Otro, por violaciones contractuales en su despido. Aquí va ganando la periodista. Y, finalmente, un tercer juicio que acusa a Aristegui de usar, con fines de lucro, el contenido e información de MVS sin la autorización respectiva. En este último aún no hay sentencia de primera instancia.
Se ve difícil que, en el corto plazo, estos distinguidos periodistas puedan regresar, respectivamente, con Radio Centro y MVS. En el caso de Gutiérrez Vivó, pienso que la tiene complicada, incluso, para trabajar en cualquier estación de radio, dados sus adeudos al sindicato, además de que probablemente ni pisar el país pueda dados sus embrollos con el SAT.
Pero la invitación que hizo a ambos periodistas el presidente electo, trae algunas complicaciones aparejadas. En particular, para quienes les ofrezcan trabajo habrá la duda de que el gobierno federal está pagando con recursos públicos su regreso a la radio. El tema generará un gran interés para conocer y fiscalizar los recursos públicos que reciba el grupo mediático que los contrate, lo que ya es posible dada la recién aprobada Ley General de Comunicación Social, además de que Morena la tiene controvertida ante la Suprema Corte, entre otros argumentos, para darle mayor transparencia a los recursos públicos. Así que, ni modo de dar marcha atrás en la transparencia del dinero público destinado para cualquier medio de comunicación y/o comunicador.
El otro problema que tiene el reciente anuncio es que, al venir la sugerencia de contratación de quien pinta para ser un presidente de la República poderoso y con pocos contrapesos, se generará la percepción de que ambos comunicadores “le deben”, lo que dejaría en tela de juicio si podrían seguir ejerciendo el periodismo crítico que les hizo crecer en el gusto de la audiencia radiofónica. Y para despejar dudas, tendrían que ser críticos a diario y de manera consistente, pudiendo generar conflictos tanto a quien les llegue a contratar como a la propia autoridad.
Así que, si bien su regreso es loable, que haya sido sugerido por el próximo presidente, más que ayudar, parece perjudicarles a ellos, pero también al nuevo gobierno.
Si Andrés Manuel quiere que regresen a la radio, quizá una opción transicional sea que, mientras se acaban los litigios, regresen a la radio del gobierno federal: Radio Educación o el Instituto Mexicano de la Radio. Ambos son medios radiofónicos con cobertura en las principales ciudades del país y muchos de los principales comunicadores han pasado por estos distinguidos espacios, en los que, en general, la pluralidad ha sido la regla. Claro que, estando en estos espacios, no podrían ganar más de lo que gane el presidente de la República, con lo que el regreso a la radio tendría que ser más una cuestión de vocación que de negocio.
Con todo lo anterior, habrá que ver qué acontece con el futuro de ambos comunicadores. En su momento, fueron los indiscutibles líderes radiofónicos en el país, pero ahora los tiempos han cambiado y para regresar a la radio y ser exitosos, requieren más que los buenos deseos del presidente.
Cambiando de tema: *En política, prohibido usar camisetas de futbol: Esta semana el INE deberá determinar el monto de las “aportaciones” a los senadores electos de Nuevo León por haberse puesto camisetas de la Selección Nacional y de los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León durante sus campañas. Y es que ambas playeras mostraban a sus respectivos patrocinadores (Afirme, Tecate, Cemex, Adidas, etcétera) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación decidió que, al portar estos logotipos, se debe contabilizar como si estas marcas hubieran hecho aportaciones a sus campañas, cosa que dichas empresas negaron. Así que este nuevo criterio sólo obliga a dos cosas: a que los políticos ya no usen camisetas de ningún equipo de fútbol, o a que manden a hacerse camisetas “pirata” sin los logotipos oficiales. Como se vea, es un exceso. Urge una reforma electoral que elimine tanto absurdo que aplica desde 2007.
* Robos en Santa Fe: A raíz de la construcción del tren elevado y del tráfico que la obra causa, han aumentado los robos a vehículos en la zona de Santa Fe. En particular, en el centro comercial Patio Santa Fe. Incluso, adentro de tiendas como Sam’s Club asaltan y roban en los pasillos donde los delincuentes saben que no hay cámaras de seguridad. Hasta pareciera que hay colusión entre empleados de la tienda y delincuentes. Ante el riesgo, mejor buscar otra opción de tienda.
Twitter: @JTejado