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La semana pasada fue detenida en Vancouver la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, al intentar abordar un avión que la traería a la Ciudad de México. La detención, requerida por Estados Unidos (EU), acusa a la directiva (e hija del dueño de la empresa, Ren Zhengfei) de violar sanciones impuestas al gobierno iraní, vía una empresa fachada, SkyCom.
Estados Unidos ha venido escalando su conflicto geopolítico con China y esta empresa, a la que acusan de ser parte del gobierno chino y coadyuvar en temas de espionaje, cargos que Huawei ha negado.
Pero, las consecuencias están a la vista: en EU han obligado a empresas de la talla de AT&T y Verizon a no vender equipos telefónicos de Huawei. En otros países, como Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Alemania, Canadá, Japón y Corea del Sur se han iniciado procesos contra la empresa, bajo argumentos de seguridad nacional, y le han prohibido hacer negocios con los sectores público y privado.
En México, Huawei ha venido creciendo. Sus celulares son buenos y sus equipos de telecomunicaciones que vende en el país son de buen precio y calidad. La empresa china le vende equipos a Izzi, AT&T y Telefónica. Aunque su principal proyecto en territorio mexicano es la Red Compartida, que es una sociedad heredada del gobierno federal pasado, junto con la empresa Altán Redes. Para este proyecto hubo varias reuniones privadas con funcionarios federales desde 2013, de las cuales se dio cuenta en esta columna. De igual forma, buscaron con el ex secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, desplegar infraestructura para la red de seguridad nacional (Red Iris).
Asimismo, y contrario a lo que señalaba la Ley de Telecomunicaciones, el gobierno pasado permitió que recursos provenientes de un gobierno extranjero (China) fueran parte del consorcio que ganó la Red Compartida.
Como parte de este nuevo conflicto entre China y EU, además de cruzarse amenazas, ya hay empresas que están pagando las consecuencias: ayer se anunció la prohibición en China de la venta de celulares iPhone, por un supuesto conflicto de patentes.
Ahora que han iniciado este enfrentamiento el Departamento de Justicia y los órganos de inteligencia de EU, es posible que el siempre impredecible presidente Donald Trump lo escale con miras a la búsqueda de su reelección.
La pregunta que todo el mundo se hace hoy en el sector telecomunicaciones es si este conflicto podrá traducirse en riesgos para las empresas que hacen negocio con Huawei en México. Y, a su vez, si el gobierno lopezobradorista —que apuesta a una relación sin conflictos con Trump— podría ser forzado a revisar qué equipos se están instalando en las concesiones federales de telecomunicaciones. En particular, en puntos como Tijuana (ciudad fronteriza que está a sólo 20 kilómetros de distancia de la estación naval número 32, en San Diego, base de la flota naval del Pacífico, encargada de lidiar con China), donde está por instalarse la Red Compartida.
Varios países y empresas han tenido que dar marcha atrás a su relación con Huawei, aduciendo riesgos a la seguridad nacional. Veremos qué sucede en nuestro país, pero el gobierno estadounidense manda una fuerte señal al detener a la señora Wanzhou, en ruta a México, donde sostendría reuniones con funcionarios del nuevo gobierno.
*¿Qué pasa en Radio Centro?
El 2 de octubre escribimos que no tenía lógica poner a competir, a la misma hora, tres de sus frecuencias con noticiarios matutinos a cargo de Sergio Sarmiento y Lupita Juárez, Carlos Loret y Carmen Aristegui. Así que la radiodifusora tiene razón en concentrar sus informativos en sólo una frecuencia: la 97.7 FM.
Lo que es difícil de explicar es migrar a los comunicadores de mayor reconocimiento (Sarmiento-Juárez), con 81 mil personas promedio, al horario de menor audiencia (la noche) y darle el horario de mayor audiencia (la mañana) a la comunicadora (Aristegui) que en esta época reporta ratings de 43 mil personas. Loret reportaba 75 mil personas. (Datos INRA, Mediómetro, AMCM, edad 13+).
Por ello, parecería que la apuesta es política, dado que Radio Centro pretendería aumentar los recursos públicos federales que recibe. Pero pensar que Aristegui y Julio Hernández serán, en su cobertura diaria, oficialistas, es no conocerlos a ellos ni a sus audiencias. Le deseamos suerte a todos los comunicadores en sus nuevos horarios.
Twitter: @JTejado