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Nunca hemos tenido verdaderos medios públicos en México, es la realidad. Me refiero a medios que estén libres de intervención gubernamental en los nombramientos de sus directivos, en la elección de sus contenidos, la participación en sus espacios, locutores, comentaristas, presentadores, línea editorial y coyunturas, la tentación de control siempre ha estado ahí. A esto hay que sumar temas sindicales y presupuestales, complicado.
Después de la conjura de la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal de noviembre de 2018, en la que legisladores morenistas pretendían concentrar la operación de la radiodifusión pública en la Secretaría de Gobernación, es imposible evitar la duda: cuáles son las intenciones del gobierno actual para con los medios públicos… ¿una BBC de Londres, como han dicho?
La semana pasada, el presidente López Obrador anunció los nombres de quienes encabezarán los medios públicos: Jenaro Villamil fue propuesto al Senado para presidir el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), Armando Casas estará al frente del Canal 22, Gabriel Sosa Plata en Radio Educación, Aleida Calleja en el IMER, Lidia Camacho en la Dirección General de Televisión Educativa, Sanjuana Martínez en Notimex y José Antonio Álvarez Lima en el Canal 11.
Gabriel Sosa Plata, Aleida Calleja y Jenaro Villamil, compañeros entrañables en distintas batallas y cuyo nombramiento celebro, tendrán la oportunidad de materializar —si los dejan— sus eternas demandas: libertad de expresión, equilibrio y objetividad noticiosa, derechos de las audiencias, entre otras.
Pero en el discurso del Presidente resaltan algunas frases que, si no preocupan, por lo menos extrañan. Habló de la creación de un sistema de medios, no sabemos si fue un error y si se refería al ya existente SPR o si se creará otro, porque Notimex, por ejemplo, no forma parte del SPR. Dijo que este “sistema” tendría por objeto la “orientación editorial con propósito de informar con objetividad”, a mí me preocupa la idea de que desde el gobierno se oriente la línea editorial y, peor aún, que todos los medios se conviertan en uno solo; orientación y objetividad no suenan armónicos.
El SPR es un organismo descentralizado no sectorizado, lo que significa que forma parte de la Administración Pública Federal, pero no depende de ninguna secretaría y por tanto cuenta con mayor autonomía de operación y decisión. Fue creado en la reforma constitucional de 2013 y sustituyó al patético OPMA, creado por Felipe Calderón en 2010 como organismo dependiente de Segob. El presidente del SPR es designado por dos terceras partes del Senado a propuesta del presidente de México; tiene un Consejo Ciudadano de nueve miembros también nombrados por las dos terceras partes del Senado, y una Junta de Gobierno integrada por el propio presidente del SPR, un representante de Segob, otro de la SEP, otro de Salud y tres consejeros. Únicamente tiene competencia en radio y televisión, y su objetivo es coordinarse con los diferentes medios públicos federales, no absorberlos.
Me da un enorme gusto que el Presidente haya dado tal importancia a los medios públicos, me congratulo de algunos de los que ahí llegarán, aplaudo que haya dicho que serán medios de Estado, pero me preocupa que, desde estos medios, se vaya a intentar adoctrinar, centralizar y controlar la línea editorial. En todo caso, se deberá buscar que:
1. Ninguno de sus sitios web tenga colores, imágenes o insignias que los haga ver como parte del gobierno.
2. Sean objetivos y equilibrados en la información que presenten.
3. Participen personas que hablen a favor y, en la misma medida, en contra de las acciones del gobierno.
4. No haya cambios en los comentaristas que tengan como propósito sacar a los críticos y contratar a los condescendientes.
5. No haya culto a ninguna imagen del gobierno o de gobernantes.
6. Cada medio de comunicación tenga autonomía para definir su propia imagen, locutores, estilo, etcétera.
7. Haya total libertad de expresión y no exista censura.
Si lo que se busca es fortalecer lo público de los medios y convertirlos en verdaderos medios de Estado, valdrá la pena un foro nacional abierto e incluyente en el que se discuta y defina la “política de Estado” que propone el presidente López Obrador; sería ideal que este foro lo organice el propio Jenaro Villamil quien, como vimos en la mañanera, tendrá un peso importante en este tema.
Este artículo refleja su posición personal.
Twitter @soyirenelevy