Cuatro días para las elecciones y el panorama no puede ser más descorazonador. Durante los últimos años el país se ha sumergido en el peor periodo de violencia e inseguridad de su historia reciente. Y sin embargo, ninguno de los candidatos a la Presidencia parece tener una idea clara de qué debe hacer para terminar con todo esto.
El Observatorio Nacional Ciudadano envió un cuestionario con 250 preguntas a José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador y Jaime Rodríguez. La idea era que los ciudadanos que votarán el domingo tuvieran la mayor cantidad de detalles sobre las propuestas de seguridad de cada candidato.
Políticas frente a las drogas y tiempo de implementación; objetivos a corto, mediano y largo plazo; indicadores de resultados; presupuesto a erogar; transformaciones normativas e institucionales; diferencias principales entre estas políticas y las que se han puesto en práctica en el país hasta ahora.
Mecanismos previstos para transparentar y rendir cuentas sobre los avances y los resultados de estas políticas públicas; propuestas en materia de lavado de dinero, tráfico de armas, tráfico de personas, prevención social de la delincuencia.
José Antonio Meade respondió las 250 preguntas. Ricardo Anaya atendió solo 75% del cuestionario —y según el Observatorio envió sus respuestas de manera extemporánea.
El Bronco y López Obrador no lo contestaron (el primero parece tener una sola propuesta: mochar manos). A López Obrador lo buscó el director del Observatorio Ciudadano a través de Alfonso Durazo, propuesto como Secretario de Seguridad Pública del nuevo gobierno en caso de que triunfe Morena. La respuesta obtenida fue que de momento el candidato solo estaba concentrado en ganar. Luego de varios intentos —uno de ellos a través de Marcos Fastlicht, quien sería el enlace del gobierno lopezobradorista con la sociedad civil en materia de seguridad pública—, el equipo de AMLO se limitó a enviar un documento general.
De acuerdo con una evaluación de los planteamientos en materia de seguridad de los candidatos presidenciales, dada a conocer ayer por el Observatorio, de dicho documento se desprenden varias generalidades, y “una propuesta reactiva muy similar a la del ex presidente Felipe Calderón”: mantener a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, “en tanto se profesionalicen los cuerpos policiales”.
Según el director del Observatorio, Francisco Rivas, la respuesta de AMLO ayuda a predecir su gestión: “poca o nula disposición para trabajar con la sociedad, y para transparentar propuestas”. Señaló que en sus campañas los candidatos “han utilizado como estrategia para no comprometerse ante la sociedad, no hablar de temas de inseguridad”. Ninguno espera que el electorado les pida mayor especificidad.
En resumen, sus propuestas no definen modelos de seguridad y justicia. Todos ellos prometen cambios “sin precisar hacia dónde”, y en el fondo, sin apartarse del rumbo que se ha mantenido en los últimos años. Todos creen que destinar recursos es una propuesta, cuando no lo es, y son incapaces de aterrizar sus ideas en áreas específicas. El Observatorio asegura que la mayor parte de las propuestas “colapsa” a la hora de entrar en detalles. De acuerdo con Rivas, los candidatos confunden también “las responsabilidades y el alcance del gobierno federal con las competencias estatales”.
La evaluación señala que “Meade se arriesgó a enunciar algunas atribuciones que buscaría modificar, como quitarle a los municipios la posibilidad de perseguir delitos relativos al narcotráfico”. A Anaya le reconoció “la visión del país como un agente dentro del contexto internacional y no como un ente aislado” y el esfuerzo “por simplificar las dimensiones y perspectivas del problema”. Y de AMLO destacó “la innovación en materia de sustitución de cultivos, opción política que no ha sido explorada” y “el acuerdo de acelerar la consolidación del Sistema Penal Acusatorio y transformar el modelo de reinserción social de la población penitenciaria”.
Por lo demás, todos coincidieron en mejorar y profesionalizar las policías, pero fueron incapaces de esgrimir un proyecto específico para lograrlo: ninguno supo, por lo demás, cuánto costaría llevar a cabo sus propuestas.
Las conclusiones del Observatorio son demoledoras: a unos días de las elecciones hay importantes fallas en los diagnósticos, la mayor parte de estos son insuficientes —y no deberían serlo a estas alturas, porque en México las fallas cuestan vidas.