Varios cajeros automáticos de León y Tijuana “enloquecieron” hace unos domingos y arrojaron al piso hasta 75 mil pesos en billetes de 500. No se trataba de una falla en el sistema, sino de un insólito ataque cibernético: un grupo de personas había recibido la instrucción de colocarse frente a determinados cajeros aquel domingo. A una hora específica, las máquinas comenzaron a arrojar dinero.
Algunos enviados no llegaron a la cita, y los cajeros lanzaron el dinero al vacío. El hecho se volvió noticia nacional. Los “cobradores” entregaron el dinero en maletas, en un Holiday Inn de la ciudad de León. Según se supo más tarde, incluso hicieron fila para entregar las cantidades defraudadas —de las que recibieron una jugosa comisión.
La Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República seguía el rastro de una banda de hackers desde un año antes. En abril de 2018 alguien que había vulnerado el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios del Banco de México (SPEI) hizo transferencias a 849 cuentas falsas, por un total de 500 millones de pesos. Los beneficiarios de estas cuentas retiraron el dinero antes que los bancos reaccionaran —y recibieron también una comisión.
Eran hackers también los que en octubre de 2018 habían infectado los sistemas de la aseguradora Axa. Los delincuentes cibernéticos transfirieron 13 millones a una cuenta fantasma que acababan de abrir en una empresa de valores, y luego le pidieron a esa empresa que les enviara a un edificio de Insurgentes diez millones de pesos en un camión blindado.
Tras recibir el dinero los hackers abandonaron el edificio, huyendo incluso en sentido contrario. La Agencia de Investigación logró determinar que una de las personas que operó el fraude en Axa está entre las redes de intermediarios que movieron el dinero defraudado al SPEI.
Los agentes que tomaron parte en la investigación cuentan que una tarde alguien llamó a Banxico y reveló que el cerebro del fraude al SPEI se llamaba Héctor y vivía en la ciudad de León. La referencia geográfica empató con la información que los agentes habían levantado hasta la fecha.
En el centro de operaciones del grupo había computadoras, cajeros automáticos robados y tarjetas listas para ser clonadas.
En el centro del inmueble ondeaba la bandera del equipo: Bandidos Revolutions Team.
En todas partes lujo, derroche, dinero a manos llenas.
H1 pudo haber obtenido ganancias por más de mil millones de pesos, según la policía. Para él, la historia terminó el fin de semana pasado.