Antes del secuestro de 19 personas en la carretera San Fernando-Reynosa, ocurrido el pasado 7 de marzo, grupos del crimen organizado habían secuestrado tres semanas antes a los pasajeros de dos autobuses más. De uno de ellos bajaron a 25 personas que se llevaron “con rumbo desconocido”, según un parte de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal (el parte 001/2019).
El 19 de febrero pasado los oficiales Hugo Armando Morales Salgado y Jesús Alberto Corrales patrullaban a bordo de la unidad 11351 la carretera Monterrey-Ciudad Mier: participaban en el operativo “Telurio”, destinado “a monitorear y escoltar camiones de la empresa Autobuses del Noreste, S.A. de C.V.”.
A las 10:20 de la mañana, en el kilómetro 145, los oficiales entraron en contacto con el chofer del autobús 4006 (de la misma empresa y con placas 388HZ4). La unidad había salido de Monterrey a las 7:40. Su destino era Reynosa.
De acuerdo con el parte que los oficiales dirigieron al ministerio público federal de Miguel Alemán, el conductor de la unidad —Julio Javier Martínez Moreno— les informó que “una camioneta de color rojo y un Marquis color azul con gente armada le cerró el paso, obligando a descender del autobús aproximadamente a 25 pasajeros (hombres, mujeres y niños), que salieron en dichos vehículos, retirándose del lugar con rumbo desconocido”.
El operador informó que transportaba un total de 33 pasajeros y que los miembros del grupo criminal habían escogido a 25. “Unos abordaron en la central de autobuses de Monterrey, y otros en la ciudad de Pesquería”, dijo.
En compañía del inspector Jorge Alonso Treviño Flores, y del subinspector Pablo Perusquía Rodríguez, los federales iniciaron un operativo de localización. Los resultados fueron negativos.
Además de informar al agente del ministerio público Aldo Alejandro Varela Flores, los oficiales le reportaron los hechos al titular de la Estación Monterrey de la Policía Federal, inspector general Rubén Rodríguez; al coordinador de la Policía Estatal Acreditable, Gerardo Hernández, y al teniente coronel de la Sedena, Juan José Mil Chiguil, jefe del grupo de comando del 25º Regimiento de Caballería Motorizada del Cuartel Móvil en Ciudad Mier. Al operativo, según los agentes, se unieron también “elementos de la Sedena”.
Al día siguiente, según el parte 002/2019, al escoltar a la unidad 4009 de la empresa Noreste e Interenlace, S. A. de C.V, los tripulantes de las patrullas 11357 y 11351 fueron interceptados por tres camionetas, de las que bajaron 14 personas. Les dijeron “que nos dejáramos de estar escoltando autobuses, que ya estaba autorizado el confrontamiento con los federales porque la empresa (es decir, el grupo criminal) está perdiendo”.
El 21 de febrero, el secretario general de Gobierno de Tamaulipas, César Augusto Verástegui, le envió el oficio SGG/SLSG/058/2019 al subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas. En el documento le reclamó la falta de coordinación entre el gobierno federal, Migración y las autoridades estatales; le informó que a Tamaulipas estaban llegando caravanas de migrantes engañadas con falsas ofertas de trabajo (caravanas que para colmo, señaló, eran abandonadas por personal de Migración en estaciones de autobús).
Finalmente, informó al subsecretario de que “los días 19 y 20 del actual, grupos armados de la región ribereña bajaron de dos camiones de autobuses de las empresas Noreste e Interlace y Autobuses del Noreste, respectivamente, a personas migrantes”.
En ese documento enviado a Gobernación, el funcionario estatal reiteró que “las acciones descritas exponen de manera preocupante la seguridad de los extranjeros que transitan en nuestro estado”.
No hubo respuesta de la 4T. Casi un mes después del aviso, en vísperas del informe por los primeros 100 días del presidente, un autobús fue interceptado en la carretera San Fernando-Reynosa: otras 19 personas fueron secuestradas.
De los 44 desaparecidos de que hay registro pleno no se sabe nada.
Todavía hasta ayer en la noche fue imposible obtener información específica sobre el número de pasajeros que habrían sido secuestrados el 20 de febrero en el segundo autobús.
Lo cierto es que la información fue ocultada y el horror de los secuestros colectivos está de vuelta en Tamaulipas.