El miércoles pasado, los aficionados del Inter de Milán , atacaron con insultos racistas al defensor franco-senegalés del Napoli, Kalidou Koulibaly , y al final del encuentro apareció una vez más la violencia con riñas entre los seguidores de ambos equipos, lo que dejó a un aficionado muerto y otros cuatro apuñalados.
El futbol en el mundo es un espectáculo en el que se necesita como aspecto fundamental prevenir los problemas de v iolencia y de racismo que se dan de manera constante, y para conseguirlo se deberían de sentar las bases que estén soportadas sobre principios éticos y de conducta que en caso de incumplirse conlleven una sanción o total suspensión de la participación en esta actividad, bien sea con el club o prohibiendo la entrada a los estadios para siempre a las personas que incurran en este tipo de situaciones.
Los insultos racistas de parte de la afición del Inter llevaron el jueves a la decisión del Juez Deportivo de la Serie A de castigar a los seguidores de este equipo a disputar dos encuentros a puerta cerrada, más un tercero sin los aficionados del fondo ultra.
Este caso de racismo y de violencia dio la vuelta al mundo y llevó a las autoridades italianas a tomar decisiones inmediatas. El viernes el Fiscal de Milán, Marcello Cardona, castigó a los siete ultras del Inter (de edad comprendida entre los 18 y los 48 años), con un sanción extendida llamada Daspo, que es la prohibición de acceder a los recintos deportivos a nivel nacional e internacional.
Queda claro que el racismo y la violencia en el deporte se pueden erradicar si todos ayudamos a que esto suceda. Hay mucho trabajo por hacer y nunca es tarde para erradicar este tipo de situaciones en los escenarios del mundo.