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El objetivo de Miguel Herrera estaba clarísimo al inicio de este torneo: solamente estaba permitido el título con el América , ya que en esta institución no es suficiente meterse a la Liguilla . Además, hay que hacerlo jugando bien, goleando y gustando, algo que hace muchos años no se ve reflejado en el terreno de juego y que la afición, por algunos momentos de este torneo, le reprochó al director técnico.
En la mayoría de las posiciones, el cuadro de Coapa es superior —tanto en nómina como en calidad— a su rival en esta eliminatoria, pero en esta liga ha quedado demostrado que no solamente con la playera se ganan los partidos; incluso, ante este mismo rival, el equipo crema ha quedado eliminado otras ocasiones y con planteles similares.
Ayer, el equipo de Torreón volvió a demostrar que las carencias en este deporte muchas veces se suplen con garra y entrega. Es el segundo partido en el que, en su casa, los Guerreros han sabido sacar ventaja y lo han hecho jugando de muy buena manera, con un gran trabajo por parte del técnico Robert Dante Siboldi.
El problema más fuerte al que se enfrentó el conjunto visitante en la primera mitad fue el hueco que dejaba su mediocampo con la defensa. Fue muy bien aprovechado por los locales, convirtiendo los dos goles que dieron la ventaja al término de los primeros 45 minutos.
Cuando los dirigidos por Herrera mejor jugaban y estuvieron cerca de empatar el partido, al arranque de la segunda mitad, vino otra vez el error defensivo, para dejar a Furch con toda la libertad de controlar y poner el balón pegado al poste.
Así como hace algunos meses, la mayoría pedíamos a Oribe Peralta en el Mundial de Rusia , hay que hacer un análisis muy profundo sobre llevarlo o no, ya que está muy lejos de ser la mejor opción para lo que se busca en ofensiva dentro de la Selección. Hoy no pasa por su mejor momento y está muy lejos de ser aquel que aparecía en los momentos importantes.
Durante muchos partidos parecía que en el cuadro americanista se había encontrado la solidez defensiva que este plantel necesitaba, pero fue precisamente en este duelo donde el equipo se cayó y tuvo en la figura de Bruno Valdez al peor enemigo. El paraguayo dio uno de sus peores partidos.
Una noche para el olvido. Eso fue este duelo de ida para Miguel Herrera y compañía. Desde fallar un penalti, hasta ser exhibidos en zona baja de una forma ridícula. El plantel de las Águilas merecía perder por un marcador más abultado, pero una vez más apareció Marchesín con atajadas claves, que evitaron que esto estuviera definido, aunque esté muy cerca de ser casi imposible el regreso.
Tendrá que ir por una remontada monumental en casa, jugar de manera perfecta en defensa y no volver a recibir un gol, si todavía sueña con ser campeón.
