Una de las preguntas más frecuentes que me hace la gente es, ¿Cuál es el mejor Gran Premio ? La respuesta depende de lo que buscan, pues no todos son iguales, el lugar, el ambiente, clima, todo influye.

Algunos me cuestionan sobre si realmente México ha merecido ser galardonado en tres ocasiones consecutivas como el mejor Gran Premio del mundo . La respuesta es: sí. Sí, y no porque sea el de mi país, no porque obviamente sea un fin de semana especial para mí, ni porque puedo compartir con mi gente lo que tanto me apasiona.

México

ha sorprendido por su calidez desde el primer año. La respuesta es sí, porque México lo tiene todo. No hablaré mal de ninguna sede, pero sí les diré que hay bastantes lugares que no merecen albergar la F1.

La afición en México es de las mejores del mundo, tan apasionada, entregada. Los seguidores comparten su ferviente alegría por estar presentes, por demostrar que somos locales.

El corazón latino explota y se vuelve una nube que abraza el Autódromo Hermanos Rodríguez. Son más de 100 mil aficionados por día, que vuelta a vuelta muestran su amor a todos los pilotos.

El escenario es perfecto, el circuito de la Magdalena Mixhuca tiene una larguísima recta en la que se han roto los récords de velocidad; curvas lentas, rápidas y un Foro Sol que ruge como los motores de los monoplazas. La zona donde el coro del nombre de Checo retumba y te pone la piel de gallina.

Está ubicado en el corazón de la ciudad y aunque el tráfico sea una locura, el no salir de esta para llegar, ayuda a que sea un viaje más placentero.

No sólo es importante el lugar del evento, sino todo alrededor. Y la Ciudad de México ofrece todo y a todas horas para los visitantes. Los pilotos, personal de equipos y medios aman la comida, bebida y forma de vida de los mexicanos. El festejo de Día de muertos que siempre se aproxima a la fecha, los sombreros, el mariachi, los colores. Todo eso rico que tiene la cultura mexicana, todo lo que nos hace diferentes. Es una auténtica F1esta.

Antes de volverse vegano, Lewis Hamilton, comía a diario tacos durante su estancia en Mexico. El año pasado, en la edición 2017 del G ran Premio de México, tuve el privilegio y el honor de acompañar a Checo Pérez en el drivers parade y comprobar en propia piel lo que tanto presumían los pilotos de esa entrega de la afición, de cómo sientes que están contigo.

Sentados en un Mercedes clásico recorrimos la pista y mientras lo entrevistaba, cada tribuna regalaba una emoción distinta, se entregaba con elogios, con gritos, con aplausos. Se desbordaban de cariño por el tapatío.

Es inevitable no contagiarte, es inevitable ser mexicana y no sentir ganas de llorar.

Lo que les pueda decir se queda corto con el sentimiento, con la sensación de la vuelta. Y aunque suene a cliché, como México no hay dos.

Habrá Grandes Premios con pistas espectaculares, pero no tienen esta afición, o con buena afición, pero sin la deliciosa comida o buen clima, por ejemplo. Aquí tenemos todo. México es la combinación perfecta para vivir la Fórmula Uno.

@giselle_zm

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