Vacaciones ¡por fin! No, no es que me canse de ver Fórmula Uno, jamás lo haría, pero si yo les contara lo que ha significado para los pilotos, equipos y medios disputar cinco carreras en seis semanas, de verdad que también estarían felices de frenar. Están agotados, y eso que aún quedan dos días de pruebas en Hungría.

Me encantaría comentar sobre la carrera en el Hungaroring, sobre la victoria de Mercedes en un fin de semana que pintaba de todos colores, menos plateado. Sobre la gran actuación de Ricciardo y del mal fin de semana para Force India sin obtener un solo punto, pero hay tanto de que hablar “extra pista”.

El parón de verano llega en un momento que arde para Force India. Desde hace tiempo conocemos que la situación económica no es la ideal para mantenerse en F1. Los problemas de Vijay Mallya con la justicia , sin poder salir del Reino Unido han incrementado la crisis.

Siempre supimos que con poco presupuesto se encargaron de hacer milagros: por dos años fueron el mejor equipo del resto —el cuarto lugar en el Campeonato de Constructores—. En la escudería, Checo Pérez ha logrado cinco podios y ha sido el mejor piloto después de los seis “privilegiados”.

El equipo necesita ser rescatado, que llegue un comprador, liquide deudas y salve a la ahora escuadra rosa, que gracias a que entró en proceso de administración, podrá seguir operando en lo que llega ese nuevo dueño. No es la primera vez que le pasa a un equipo, por eso no me llama la atención. Si no la situación que está viviendo Checo.

El volante mexicano ha tenido que salir de su rutina

, salir de su línea de piloto para sumergirse en un área legal y así ayudar a la escudería a continuar trabajando. Todos sabemos que el aspecto mental en cualquier deporte es primordial y Checo ha tenido la mente ocupada en todo menos en su manejo . Lo hemos escuchado en sus declaraciones, lo han colocado en una situación incómoda y de acción rápida para tratar de resolver y ayudar al equipo que ha sido su casa desde 2014. La parte mental se afecta y más cuando por supuesto, su futuro también está en juego. La acción de Pérez ha sido valiente.

Exige su pago, como cualquier empleado que no trabaja sin que le paguen, además lo hizo pensando en que 400 trabajadores del equipo perderían todo si la fábrica cierra de un momento a otro. Al final del día, el equipo se vuelve tu familia, viajas con ellos, y todos caminan hacia el mismo fin: sumar puntos, ganar, ser mejores.

La acción ya está hecha y sólo queda esperar a que llegue un comprador. Las tres semanas de vacaciones servirán al mexicano para concentrarse, trabajar, dedicarse 100% a la pista, sumar y encontrar un mejor asiento.

Para cerrar, hablando de mentalidad, la de Lewis Hamilton toma fuerza y crece conforme los errores de Ferrari.

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