Aunque ha sido un torneo muy complicado para el arbitraje, con innumerables errores de procedimiento y en el manejo del VAR —instrumento que no han sabido utilizar en términos generales—, el arbitraje en las semifinales no presentó mayores problemas.

El León y los Tigres van a disputar la final del torneo y parecería lo más justo, porque fueron los dos mejores a lo largo de la fase regular, y hoy están muy cerca de llevarse el trofeo con el que todos sueñan.

Los cuatro árbitros que estuvieron en las semifinales no tuvieron mayores problemas, resolvieron bien esta fase, pero no tiene que ver con que —de repente— el nivel de los silbantes se haya incrementado, sino con que los cuatro partidos de esta ronda estuvieron flojos en lo futbolístico y en cuanto a acciones que se señalaron.

Por ejemplo, anoche en el León-América, César Ramos cumplió con una buena labor en cuanto a las expulsiones de Rubens Sambueza y Guido Rodríguez, quienes cometieron las infracciones que hicieron que se fueran antes. Para el primero será doloroso, ya que se perderá la ida de la final.

Es cierto que estos encuentros dejaron mucho qué desear en el tema de entrega y ganas, así es que vamos a ver qué pasa en la final entre el León y los Tigres, pero los árbitros han estado a la altura. Incluso Marco Antonio Ortiz, pese a algunas jugadas polémicas en la vuelta entre los Tigres y el Monterre y. Él debe estar en el primer juego de la serie por el título, el jueves en Monterrey, y Ramos el domingo en León.

Todavía hay muchas dudas en el arbitraje y ojalá que no falle en el momento cumbre.

futbol@eluniversal.com.mx

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