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No hay un deportista más emblemático y dominante que Tiger Woods. Cuando estaba acabado, sin opciones y golpeado por vicios y demandas, regresó a la actividad como lo que es, un súper estelar del deporte más difícil de ganar.
¿Por qué hablar hoy de Tiger Woods? Simple. Se acerca el WGC Mexico Championship y ahora sí no hay un solo pretexto para no verlo compitiendo en México. Sería el alma de la fiesta, lo que le falta a este torneo para ser perfecto. En diciembre de 2017, Tiger se ubicaba en el lugar mil 199 del ranking mundial. En 2018 arrancó en el 656, sitio que los organizadores no podían tener en nuestro país durante marzo. Pero ha sido tal el boom y levantamiento del nivel de Woods, que esta semana ya se ubica entre los primeros 20 del World Golf Ranking. Hoy nadie puede decir que no a su presencia en el WGC.
El tema es que Woods quiera venir a nuestro país. Esa labor debe ser de los organizadores. Es como si viniera Argentina sin Messi o Francia sin Griezmann; un desperdicio. En las dos últimas ediciones se ha negado a participar Jason Day, pero ni quien lo extrañe, y el año pasado, cuando Rory McIlroy modificó su agenda y no quiso jugarlo, tampoco pasó nada. Pero en este torneo sí tienen la oportunidad de tener a Tiger; deben ir por él a como dé lugar. Es la oportunidad de ver a un verdadero “monstruo” del deporte.
Nuestro país tiene lo mejor del deporte internacional y se debe exigir contar con los mejores pilotos de F1, los mejores jugadores de los equipos de la NFL, NBA, MLB. Por eso, y por esta maravillosa historia del regreso de Tiger a los primeros sitios, cuando no se esperaba nada de él, debe ser aprovechada. Hace un par de fines de semana, la cadena CBS reportó una audiencia de 8.5 millones de televidentes en el PGA Championship, un incremento del 73% en comparación con el mismo torneo en 2017, pero sin Woods peleando por el título.
Tiger hace que el golf se vuelva popular, que le interese a todos, a ricos y pobres, a quienes juegan y a quienes
no. Es un ícono de la historia del deporte, así que si nunca pudimos ver a Michael Jordan en nuestro país, o a Michael Phelps, o a Yelena Isinbayeva, quienes tienen hoy el poder de traerlo, deben hacer todo, pero todo lo posible.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx
¿Por qué hablar hoy de Tiger Woods? Simple. Se acerca el WGC Mexico Championship y ahora sí no hay un solo pretexto para no verlo compitiendo en México. Sería el alma de la fiesta, lo que le falta a este torneo para ser perfecto. En diciembre de 2017, Tiger se ubicaba en el lugar mil 199 del ranking mundial. En 2018 arrancó en el 656, sitio que los organizadores no podían tener en nuestro país durante marzo. Pero ha sido tal el boom y levantamiento del nivel de Woods, que esta semana ya se ubica entre los primeros 20 del World Golf Ranking. Hoy nadie puede decir que no a su presencia en el WGC.
El tema es que Woods quiera venir a nuestro país. Esa labor debe ser de los organizadores. Es como si viniera Argentina sin Messi o Francia sin Griezmann; un desperdicio. En las dos últimas ediciones se ha negado a participar Jason Day, pero ni quien lo extrañe, y el año pasado, cuando Rory McIlroy modificó su agenda y no quiso jugarlo, tampoco pasó nada. Pero en este torneo sí tienen la oportunidad de tener a Tiger; deben ir por él a como dé lugar. Es la oportunidad de ver a un verdadero “monstruo” del deporte.
Nuestro país tiene lo mejor del deporte internacional y se debe exigir contar con los mejores pilotos de F1, los mejores jugadores de los equipos de la NFL, NBA, MLB. Por eso, y por esta maravillosa historia del regreso de Tiger a los primeros sitios, cuando no se esperaba nada de él, debe ser aprovechada. Hace un par de fines de semana, la cadena CBS reportó una audiencia de 8.5 millones de televidentes en el PGA Championship, un incremento del 73% en comparación con el mismo torneo en 2017, pero sin Woods peleando por el título.
Tiger hace que el golf se vuelva popular, que le interese a todos, a ricos y pobres, a quienes juegan y a quienes
no. Es un ícono de la historia del deporte, así que si nunca pudimos ver a Michael Jordan en nuestro país, o a Michael Phelps, o a Yelena Isinbayeva, quienes tienen hoy el poder de traerlo, deben hacer todo, pero todo lo posible.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx