Las viejas prácticas aparecieron en el América al dar de baja a quienes movían el vestidor y por ende, se volvieron insoportables para el entrenador. Así como hizo Ricardo La Volpe sacando a Osvaldo Martínez, ahora fue el turno para otros paraguayos, Miguel Samudio y Pablo Aguilar, y pronto, más rápido de lo que se esperaba, con Cecilio Domínguez.

La presión que tiene Miguel Herrera para ganar el campeonato es evidente. Fue la promesa para justificar su regreso al equipo y el estrepitoso fracaso en el torneo anterior ha llevado a dimensiones distintas a quien la afición americanista pedía a gritos de nuevo como entrenador.

Hoy no se puede argumentar ningún pretexto. Ni de la directiva ni del propio cuerpo técnico ya que han tenido carta abierta para conformar al equipo que desean. Ya sin la toxicicidad que representaban a quienes ya colocaron en otros equipos, por eso es impropio de un equipo como el América escuchar declaraciones de que nadie les quiere vender y por eso tuvieron que hacer un 3x1 como si fuera venta nocturna de una tienda departamental, minimizando con esto a tres futbolistas que justificada o injustificadamente ya son parte del plantel, por lo que merecerían más respeto de la cabeza, del entrenador.

Claro que Henry Martín, Emanuel Aguilera y Joe Benny Corona no son para nada lo que esperaban los americanistas como refuerzos, jugadores que en cualquier equipo grande estarían en la banca como opción para refrescar un partido, pero para lo que pretende Miguel Herrera, el objetivo debe estar marcado en contratar a futbolistas foráneos o esperar a una compleja y mal vista negociación en el interior de la empresa, con Pachuca, para llevarse a Víctor Guzmán.

La manera frontal de reconocer lo bueno y lo malo, los éxitos y fracasos por parte de Miguel Herrera es evidente, plausible, por lo que debe tener muy claro que es campeón con el América en el Clausura 2018 o la natural aspiración para regresar a la Selección Nacional se irá al bote de la basura, así como su continuidad en el equipo en el que se espera de él éxitos, títulos, futbol ofensivo, explosividad, talento; no un equipo cobarde que juegue como en la liguilla anterior, a que no le anoten en lugar de buscar la portería enemiga.

Así que si su argumento es la falta de gol, es muy extraño que hayan confiado en un joven que solamente fue titular con el propio Herrera en el primer torneo que dirigió en Xolos, ya que para los siguientes dos, sus delanteros fueron Milton Caraglio y Avilés Hurtado, dejando relegado a Martín, quien si bien tuvo una dura lesión, le trajeron a dos foráneos como titulares.

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