Todo se enfoca en la Copa del Mundo; claro, con la escala para la esperada final de Champions . Sin embargo, antes de que Rusia y Arabia Saudita pateen por primera vez el balón, la FIFA decidirá quién es el organizador del Mundial 2026. En el marco del Congreso de Moscú , el 13 de junio, se sabrá si es la sede tripartita ( Estados Unidos-México-Canadá ) o Marruecos .

El Comité Organizador de la sede norteamericana lucha para lavar la pésima imagen del presidente Donald Trump , quien insulta a todos por nada, algo que afecta directamente a los votos para conseguir el Mundial. Será una elección abierta y pública, como nunca antes en la historia de la FIFA . El cabildeo es enorme para tener la mayoría de los 211 sufragios, porque se les puede escapar la organización de lo que, tanto presumen, se hará como el mejor y más rentable Mundial.

Pero hay cambios radicales en lo que presentaron hace poco tiempo ante las autoridades de la FIFA , lo que afectará enormemente a los aficionados. En el cuaderno de cargos mostrado en marzo ante la FIFA, según información del diario británico Daily Mail, establecieron que la ganancia por venta de boletos a los partidos sería de mil 300 millones de libras esterlinas, algo así como mil 750 millones de dólares.

Todo cambió a principios de mayo. Se reunieron de nueva cuenta, ahora en Bruselas , y aumentaron grotescamente el precio del boletaje. Ahora predicen que generarán mil 800 millones de libras esterlinas,

aproximadamente dos mil 420 millones de dólares. En relación al precio individual del boleto, se estima que será de 321 libras esterlinas, 431 dólares. Una barbaridad, inalcanzable para la mayoría del público al futbol, sobre todo el mexicano.

Además, el problema radica en que su competidor, Marruecos, estima una entrada promedio de 169 libras esterlinas, es decir 227 dólares por asiento, que si bien es caro, está dentro del rango de la normalidad en las Copas Mundiales de futbol.

En Brasil, hace cuatro años, el boleto tuvo un precio promedio de 169 libras, 212 dólares, y para Rusia el precio promedio es de 310 dólares. La generación de recursos es uno de los temas principales para la FIFA y esto, que afecta directamente al aficionado, puede ser su carta por debajo de la manga para ganar la sede con base en “billetazos” legales, pero siempre a costa del que siempre afectan: el aficionado de a pie.

Si para un partido de la Selección Mexicana en Estados Unidos se promedia un gasto de aproximadamente 650 dólares para una familia de cuatro personas, incluyendo boletaje, comida y bebida, imaginen lo que será en el Mundial a esos precios. Más o menos, casi dos mil dólares para ir al estadio. En México, por ejemplo, en el partido de despedida de la Selección , contra Escocia el 2 de junio en el Estadio Azteca, se promedian mil 200 pesos. Claro, más cerveza, refresco, papitas, pepitas y todo lo que uno consuma. Ahí está el parámetro real.

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