La carrera de Rafael Márquez puede calificarse como la del jugador mexicano más ganador en la historia. Hacer una comparación con Hugo Sánchez es tan ocioso como inútil, ya que los mayores logros del ex delantero del Real Madrid fueron a nivel individual, mientras que el defensor fue parte de uno de los mejores equipos de todos los tiempos, el Barcelona.

Márquez ganó la Champions League en 2006 y 2009, estos dos títulos engrosan el palmarés de cualquier jugador y evitan una estéril discusión para saber quién fue mejor.

Fui un gran crítico de Márquez en los momentos en que mostró poca madurez con la Selección Nacional, porque cuando se suponía que debía ser líder para el equipo mexicano, tuvo fallas imperdonables que lo marcaron.

La primera fue la expulsión en el Campeonato Mundial de Corea y Japón 2002, en la derrota de México 2-0 ante Estados Unidos, por un cabezazo intencional a Cobi Jones. Ese fue el primero de sus capítulos negros y del que no aprendió, ya que en  2005, en la Copa Confederaciones de Alemania, también le mostraron la tarjeta roja por una barrida innecesaria y fuera de tiempo.

Esos pasajes no eran del tipo de jugador que se suponía  era Márquez, en esos momentos. A esos dos, hay que sumarles la expulsión en el 2009, en la eliminatoria, cuando dio una patada al portero estadounidense Tim Howard en Columbus, Ohio.

Esos fueron los episodios negros de Márquez con el equipo mexicano, que además llegó a apoderarse del vestuario de la Selección junto con otros futbolistas, como Pável Pardo, al grado en que dejaron fuera de un Mundial a Cuauhtémoc Blanco, aprovechando la mala relación de éste con Ricardo Antonio La Volpe. Claro que no todo fue negativo, también hay que decirlo, tuvo buenos momentos como lo goles en las Copas del Mundo de Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.

Desde hace tiempo, Márquez es un tipo que muestra mayor madurez y que tan cerca del retiro —y con los problemas extra cancha que tiene—, ha mantenido un perfil bajo fuera del terreno de juego y aunque con el bajón de nivel propio de las lesiones y la edad, con el liderazgo que se espera que tenga. Ya no jugará más al futbol y se despedirá con el Atlas, equipo con el que debutó en 1996 y con el que se dice será directivo.

Pero la historia no debe terminar con el Clausura 2018, cuando en el verano puede aumentar su historia como uno de los mejores del balompié mexicano. Por eso es que sería injusto que a un jugador de su categoría no lo lleven a disputar su quinto Mundial —como lo hicieron Carbajal y Matthaeus—, y si bien una Copa del Mundo no es para homenajear, que juegue al menos un minuto no sería mal visto. 

 @gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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