Como siempre pasa cuando Cruz Azul está en una final, los boletos mágicamente se venden en menos de 60 minutos. Todo un éxito, si es que realmente hubieran salido a la venta, ya que las quejas fueron excesivas e incluso hubo amenazas de los grupos de animación de los equipos, porque no pudieron conseguir una entrada a través de los medios legales.
Amenazas ridículas de bloqueos, que no tienen algo que ver con la sensatez, y sí poner los focos rojos de atención para las autoridades de la alcaldía de Coyoacán para que hagan una revisión exhaustiva en las redes sociales de las barras de ambos equipos, ya que ahí es donde empieza todo y donde se puede averiguar absolutamente todo.
El partido de ida no tiene ese problema con la venta del boletaje; de hecho, si ingresas a Ticketmaster, todavía encontrarás entradas al precio que estableció la directiva del América para la gran final, caso contrario a lo que Cruz Azul hace cada vez que juega un partido de la serie por el título, ya que el mismo modelo se repitió en las ya lejanas finales contra Toluca y el propio América en e l estadio Azul , con la diferencia de que esas veces fueron los encuentros de ida.
Cada vez que sucede esto, uno se pregunta por qué no está legalizada la reventa; sería más transparente, y dependería de la oferta y la demanda, como pasa en lugares de primer mundo.
Simplemente, hay páginas de internet que venden hasta en 40 mil pesos un boleto para el partido del domingo, cuando —en teoría— la reventa debería estar prohibida, pero —seguramente— porque esas empresas tienen sus servidores o sus direcciones IP fuera de México , no pueden hacer algo las autoridades de este país, lo que raya en lo ridículo, porque de que existe, existe. Entonces, ¿por qué no hacerlo de manera legal?
En este país, quieren legalizar la marihuana, pero cuando se habla de reventa es un tabú, y lo único que propician es que los mandos medios de algunos equipos le tomen el pelo a sus aficionados, los mismos que —fieles— apoyaron durante todo el campeonato, pero les esconden los boletos cuando viene lo más importante. El objetivo es esperar el primer partido para liberarlos, porque ya con el resultado de la ida, los boletos pueden encarecerse aún más, con relación a como hoy están en redes sociales y páginas de internet.
No porque siempre pase quiere decir que está bien esta práctica. Autoridades que se hacen de la vista gorda y una parte de la directiva que se aprovecha hasta de sus propios aficionados. Una final como pocas veces vista en la Liga MX : alta dosis de pasión, la necesidad imperante de ambos equipos por campeonar, clubes muy poderosos, el máximo escenario del futbol mexicano ( Estadio Azteca ), pero con las mismas prácticas arcaicas de revender el boletaje a diestra y siniestra; insisto, solamente para la vuelta.
Quienes fueron el fin de semana al Azteca, se dieron cuenta de que el sábado había muchos revendedores y demasiados huecos en las tribunas; mientras que el domingo, muy pocos revendedores y un estadio repleto. ¿Esto significa algo? Claro que sí. Por eso es necesario que se legalice la reventa.
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