No es un problema de dinero, es de concepto. La elección del técnico de la Selección Nacional se convirtió en un mal trago para la Femexfut, y para resolverlo deben tener claro lo que quieren, no contratar por contratar, sino buscar al idóneo para cumplir con un plan a ocho años, como ellos mismos lo declararon el día de su presentación en sociedad.
Es urgente que tomen decisiones ya, sería intolerable ver a un entrenador interino para los partidos fecha FIFA en septiembre.
Evitar la incertidumbre sólo se logrará si tienen claro lo que buscan, qué proyecto es el deseado y de ahí partir para encontrar al ideal. Si se van por la popularidad o por prestigio de un entrenador, equivocarán el camino directo a un fracaso deportivo más.
Pareciera que los encargados de contratar al entrenador que dirigirá a México en el proceso al Mundial de 2022 están confundidos y sólo esperan que la elección no los haga ver mal. Es un puesto de millones de dólares, por eso es un problema de ricos.
Así ocurrió cuando contrataron a Juan Carlos Osorio , quien no figuraba en las primeras opciones y llegó ante la incapacidad de Guillermo Cantú para tener un plan de acción para convencer a quienes ocupaban los primeros sitios entre sus candidatos.
Y lo peor es que ahora se habla de un plan a ocho años, pero que en realidad, poco han manifestado respecto al cómo y bajo qué argumentos se contratará a un técnico por esa cantidad de años, cuando en el futbol mexicano, de lo que menos conocen es de proyectos a largo plazo.
No quiere decir que con la administración de Yon de Luisa todo tenga que ser igual que con las anteriores, pero a partir de esa posibilidad, la de hacer un contrato que abarque las siguientes dos Copas del Mundo, surgen preguntas:
La primera y la más común: ¿qué pasará con ese entrenador si México no clasifica al primer Mundial para el que fue contratado, lo mantendrán a pesar del fracaso deportivo y financiero que eso implica?
Dos: ¿qué tanta autonomía tendrá este personaje respecto a las decisiones en convocatorias y trabajo con las selecciones con límite de edad, de las que se supone saldrá la base en 2026?
Ha trascendido que en esta nueva Federación ya no aguantarán los caprichos de jugadores que “piensan cosas chingonas”, que se preocupan más por teñirse el cabello o grillar al entrenador en turno, que realmente trascender. Ya no serán considerados para los siguientes partidos de la Selección, lo cual, si se cumple, es un gran paso para limpiar al equipo.
Miguel Herrera está descartado, lo mismo que Matías Almeyda. Ricardo Ferretti no toleró ser parte de una cuarteta, entonces sólo les queda mirar hacia afuera, en donde André Villas-Boas, conocido de nombre por muchos, pero de método por pocos, pareciera llevar ventaja sobre Ricardo Gareca o Gerardo Martino.
¿Qué tienen que ver uno del otro en cuanto al concepto deportivo? ¿Le entregarán el control de todas las selecciones al estilo Washington Tabárez con Uruguay, o solamente será el hombre para amistosos y clasificatorios?
Urge que tomen la decisión y que este personaje se ponga a trabajar de inmediato. Si el problema de poner al técnico no es de dinero, sino de concepto.