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El VAR a prueba de balas inicia esta noche en el futbol mexicano, un hecho que para nada es tema menor y que revolucionará cada partido. Deberá haber independencia absoluta para quienes estén en la cabina del VAR observando cada detalle del partido y la recepción de la señal de televisión generada, por lo menos, por 16 cámaras. Eso es, en términos simples, el VAR en México.
Televisa, Azteca, Fox Sports, Chivas TV y Grupo Imagen son los dueños de los derechos de transmisión de los 18 equipos de la Primera División; es decir, de sus cámaras saldrán las imágenes que llegarán a la Unidad Móvil de Mediapro, por medio de cables que se conectarán a las pantallas de esa unidad.
No habrá cámaras especiales del VAR, como se había dicho en un principio, ya que la idea era combinar seis cámaras independientes a las de la transmisión. Por eso, Yon de Luisa hablaba de un VAR a prueba de balas, porque no podrá un director de cámaras modificarla, ya que los videoárbitros tendrán limpia la señal sin poder ser manipulada por alguien. Eso es una buena medida, pero harán falta más recursos económicos para no depender en la totalidad de los tenedores de los derechos de transmisión y que haya autonomía plena.
Hay varios puntos que empezarán a ser parte del día a día del VAR. El tiempo que pase entre la decisión del videoárbitro y el árbitro central, el cual debe ser muy rápido para no entorpecer el ritmo y que se haga un sistema monótono y absurdo, sin perder de vista que está diseñado para ayudar al central, no para que decidan por él. Por eso, ese tiempo es valioso y el gran reto es que todo debe ser muy rápido.
Otro gran desafío del VAR es encontrar apertura en el grupo de árbitros de la Liga MX, quienes deberán dejarse ayudar por quienes estarán en la cabina de mando. La arrogancia y prepotencia puede acabar con tan eficaz sistema, si se empeñan a seguir en el protagonismo barato de querer tener siempre la razón, así que dejarse ayudar debe ser una constante para todos los silbantes. Claro que encontrarse con ex árbitros que no fueron destacados y que ahora serán quienes den las órdenes no será fácil para el orgullo de algunos.
Y otro punto básico es el desarrollo de árbitros para este efecto. Si bien, ahora se improvisa con ex centrales, la razón lleva a que en el futuro haya especialistas en el tema, colegiados que tengan profundo conocimiento de las reglas de juego y que —por supuesto— no hayan dirigido en el campo para no estar contaminados con pasados polémicos y rencillas. Parcialidad absoluta y apertura total.
Así que a preparar a árbitros millennials, que conozcan a fondo la tecnología, sepan aplicarla y —sobre todo— no tengan relación con futbolistas y directivos. Eso sí sería un VAR a prueba de balas, porque hoy nadie puede garantizar que algún directivo, en vez de ir a reclamar al vestidor del silbante, suba a la Unidad Móvil de Mediapro a intentar cambiar decisiones, como ha pasado eternamente en el futbol mexicano.
Muchos retos hay, pero bienvenida la tecnología en el futbol. Claro, mientras se sepa aplicar y tenga autonomía, como bien explicó Yon de Luisa el día de la presentación en sociedad.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx
Televisa, Azteca, Fox Sports, Chivas TV y Grupo Imagen son los dueños de los derechos de transmisión de los 18 equipos de la Primera División; es decir, de sus cámaras saldrán las imágenes que llegarán a la Unidad Móvil de Mediapro, por medio de cables que se conectarán a las pantallas de esa unidad.
No habrá cámaras especiales del VAR, como se había dicho en un principio, ya que la idea era combinar seis cámaras independientes a las de la transmisión. Por eso, Yon de Luisa hablaba de un VAR a prueba de balas, porque no podrá un director de cámaras modificarla, ya que los videoárbitros tendrán limpia la señal sin poder ser manipulada por alguien. Eso es una buena medida, pero harán falta más recursos económicos para no depender en la totalidad de los tenedores de los derechos de transmisión y que haya autonomía plena.
Hay varios puntos que empezarán a ser parte del día a día del VAR. El tiempo que pase entre la decisión del videoárbitro y el árbitro central, el cual debe ser muy rápido para no entorpecer el ritmo y que se haga un sistema monótono y absurdo, sin perder de vista que está diseñado para ayudar al central, no para que decidan por él. Por eso, ese tiempo es valioso y el gran reto es que todo debe ser muy rápido.
Otro gran desafío del VAR es encontrar apertura en el grupo de árbitros de la Liga MX, quienes deberán dejarse ayudar por quienes estarán en la cabina de mando. La arrogancia y prepotencia puede acabar con tan eficaz sistema, si se empeñan a seguir en el protagonismo barato de querer tener siempre la razón, así que dejarse ayudar debe ser una constante para todos los silbantes. Claro que encontrarse con ex árbitros que no fueron destacados y que ahora serán quienes den las órdenes no será fácil para el orgullo de algunos.
Y otro punto básico es el desarrollo de árbitros para este efecto. Si bien, ahora se improvisa con ex centrales, la razón lleva a que en el futuro haya especialistas en el tema, colegiados que tengan profundo conocimiento de las reglas de juego y que —por supuesto— no hayan dirigido en el campo para no estar contaminados con pasados polémicos y rencillas. Parcialidad absoluta y apertura total.
Así que a preparar a árbitros millennials, que conozcan a fondo la tecnología, sepan aplicarla y —sobre todo— no tengan relación con futbolistas y directivos. Eso sí sería un VAR a prueba de balas, porque hoy nadie puede garantizar que algún directivo, en vez de ir a reclamar al vestidor del silbante, suba a la Unidad Móvil de Mediapro a intentar cambiar decisiones, como ha pasado eternamente en el futbol mexicano.
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@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx