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El futbol mexicano no ha sido capaz de fabricar un goleador en ocho años. Se acerca la convocatoria final de Juan Carlos Osorio para Rusia 2018 y, a menos que se atreva a sorprender a todo el entorno futbolístico, veremos a los mismos de siempre.
Hace cuatro años, para Brasil 2014, acudieron Oribe Peralta, Javier Hernández, Raúl Jiménez, Alan Pulido y Giovani dos Santos; cuatro años más atrás, para Sudáfrica 2010, el llamado fue para Hernández, Carlos Vela, Dos Santos, Adolfo Bautista, Cuauhtémoc Blanco, y Guillermo Franco; los tres últimos, prácticamente en el retiro, pero Javier Aguirre se empeñó.
Si Osorio no cambia sus ideas y si están sanos, en la lista definitiva se verá a Hernández, Dos Santos, Vela, Peralta y la única novedad, Hirving Lozano, otro gran ejemplo de que en este país, los delanteros exitosos son “garbanzo de a libra” y que los clubes no hacen maldita la cosa para fabricar uno.
Todos compran, ven la solución en el futbol de Chile, Colombia, Argentina, Perú... vaya, hasta en Francia, antes de intentar darle oportunidades a los delanteros de fuerzas básicas. En el Clausura 2018, solamente Chivas (por razones obvias) y América tienen ataque titular sólo con mexicanos.
Es alarmante, porque cuando viene una Copa del Mundo y se necesita capacidad para anotar en los momentos clave, el entrenador nacional se encuentra con delanteros, todos ellos menos Lozano, que van a la baja, incluso algunos que ni están jugando, como Giovani y Vela.
Resulta complicado quitar a estas “vacas sagradas”, pero alguien con valor y respeto a su profesión lo haría. Insisto, hay pocos delanteros mexicanos en la liga por la alta y continua contratación de extranjeros. Este torneo no es formativo y es justificado que cada equipo intente hacer lo que crea conveniente, pero no deja de asombrar que solamente haya una novedad en la Selección, con relación a hace cuatro años, sobre todo, cuando quienes serán llamados han pasado desapercibidos en Europa.
Sin caer en la especulación barata o en la propuesta de nombres que muchas veces salen en los medios por órdenes de promotores, seguro es que hay talento para cubrir a estos futbolistas devaluados, quienes siguen vendiendo camisetas, pero entregan poca confianza al entrenador. Por lo menos, en competencias de eliminación directa así ha sido durante este periodo. Recordemos el 0-7, el 1-4 y el 0-1 contra Chile, Alemania y Jamaica, respectivamente.
Por eso, el partido contra Bosnia en San Antonio cobra importancia. Es el momento idóneo para buscar nuevas soluciones. Osorio podría poner nerviosos a los “intocables”, en el entendido que arriesgar por alguien que pueda resultar exitoso sería en beneficio del futbol mexicano, de patrocinadores y —por supuesto— de los cientos de miles de aficionados a la Selección Nacional.