Es dramático que Néstor Araujo no pueda estar en la Copa del Mundo de Rusia por negligencia médica , por un pésimo trabajo ordenado en el interior de su equipo, que solamente empeoró la lesión que sufrió contra Croacia en Dallas.

En la extensa y documentada nota publicada hoy por Daniel Blumrosen en EL UNIVERSAL Deportes, nos damos cuenta que en el futbol hay decisiones que pueden marcar la carrera de un jugador; en esta ocasión, fue desde el departamento de kinesiología del Santos, donde se equivocaron rotundamente con Néstor, marginándolo de un Mundial, por falta de conocimientos científicos.

Cuando fue operado por el doctor Arturo Almazán , de alta y reconocida reputación, inició la rehabilitación de inmediato y fue en ese periodo donde vino la lamentable equivocación de los kinesiólogos de su equipo, saltándose pasos básicos, esos que harían que Araujo tuviera mayor fortaleza para seguir su recuperación, que —según especialistas consultados— podría permitir que jugara el Mundial. De hecho, para la final, Robert Dante Siboldi pudo utilizarlo según indicaciones de su cuerpo médico, pero prefirió no hacerlo para no evidenciar al jugador, quien no estaba en ritmo adecuado.

La prisa por ponerlo a punto fue la clave de que no estuviera recuperado a tiempo; más bien, se necesitaba seguir el proceso marcado por fisioterapeutas, no según lo que aplican los kinesiólogos, porque aunque parezca similar, hay un abismo de diferencia. Como no estaba quedando con los trabajos de rehabilitación, pensaron que Araujo tenía una infección derivada por la lesión; por eso viajó a Los Ángeles a ser revisado por un médico. Por fortuna, no existió infección, pero el tratamiento no fue adecuado.

Una verdadera lástima que por quedar bien con la Selección y tener a Araujo a punto, no se siguió el protocolo de rehabilitación y se trató de apurar algo que —por naturaleza— debió estar más que a tiempo; es decir, por la intención de tenerlo listo para Rusia, se equivocaron.

No es nuevo que existan equivocaciones médicas en el futbol que afecten a jugadores. De hecho, es un problema agudo que tiene nuestro país en todos los ámbitos de la medicina. En abril, se dio a conocer —en el noticiario de Televisa, conducido por Denise Maerker— que —según la asociación civil “No Más Negligencias Médicas”— en nuestro país se comete una cada ocho minutos; grave o no, pero negligencia, como la que pasó con Araujo.

Un delicado tema. La confianza que tiene el jugador en los kinesiólogos de su equipo, por la esperanza de salir rápido de una lesión para hacer lo que más le gusta: jugar al futbol. Pero el manoseo que tienen en ocasiones los responsables es un mal que debe erradicarse. Que los directivos estén más involucrados en el tema, que palpen qué está pasando y que nunca sea el futbolista el afectado.

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