Poco menos de 6.5 millones de dólares pagará el equipo que termine en el último lugar del porcentaje, bueno, si es que quiere mantenerse en la Primera División.
Una cifra que para quienes participan en la Primera División es accesible, no representa dificultad alguna el tenerla lista el próximo verano y evitar el descenso deportivo. El establecer esta multa, “cover” o como quieran llamarla, entregaba la esperanza de que los equipos, al tener más tiempo para consolidar a sus planteles sin la presión de la tabla de cocientes, invirtieran más en futbolistas para tener una liga más competitiva.
No fue así, de hecho, Cruz Azul, que tiene la meta de regresar por fin un trofeo de Liga a sus vitrinas, fue el que más y mejor invirtió; y otros como América, Tigres, Pumas y Monterrey , hicieron pocas pero esperanzadoras contrataciones para apuntalar planteles. Es decir, nada espectacular. Pero el otro lado de la moneda se da con Chivas , equipo que parece olvidado por sus dueños y que tiene una depresión gigantesca en resultados. Desde que fueron campeones hace poco más de un año, solamente han ganado siete partidos en dos torneos, de los cuales solamente uno ha sido en casa. Meses pasan y se observa lo mismo de siempre, un equipo mal planificado, sin inversión y ahora sin el riesgo de descender, da la impresión que les da lo mismo continuar con esta racha negativa.
Jorge Vergara
, dueño y presidente del equipo, manda mensajes por twitter y Amaury su hijo, parece superado por José Luis Higuera en la toma de decisiones. Arrancar el torneo con dos derrotas seguramente pone los focos rojos de nuevo y la presidencia opera a través de redes sociales en vez de estar presentes con el equipo. 36 partidos, dos torneos completos y dos del que va, un raquítico porcentaje de efectividad.
A ver, para entender un poco más la crisis y la vergüenza deportiva de este equipo: de 108 puntos disputados desde el día que fueron campeones, han ganado solamente 33 unidades, lo que representa 30.5% de efectividad entre puntos disputados y los ganados.
Es una reverenda crisis, les guste o no les guste reconocerlo. Hay un movimiento llamado Autodefensa Rojiblanca que tal vez de manera tímida inició sus reclamos ante la noche húmeda del pasado sábado en su estadio. Pero seguirán reclamando lo que les parece justo, y tienen razón, una directiva de papel que parece cómoda ante los pésimos resultados.
Claro que no es un movimiento de choque como lo han calificado en el interior de las oficinas de los directivos rojiblancos, más bien, son aficionados que se atreven a decir frontalmente lo que consideran justo, expresión libre de quienes sí sienten los colores y se han entregado durante décadas a ellos, y ven con desprecio como se maneja el equipo ante la adversidad.
Un descontrol absoluto, no hay cabeza en las Chivas Rayadas del Guadalajara.
No la hay.