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La presión que viven las Chivas ha sido mal enfocada por Tomás Boy , quien ahora se siente perseguido y el centro de atención de un equipo que lleva dos años en la depresión futbolística absoluta.
No se puede considerar una mejoría real un partido amistoso con un equipo en plena formación como fue el Atlético de Madrid, que dicho sea de paso, jugó con diez elementos durante 30 minutos y Chivas fue incapaz de generar peligro real ante la portería colchonera.
La realidad de Boy con el Guadalajara es de 11 partidos dirigidos, en los que apenas tiene un ganado en Liga contra el León del torneo anterior —a finales de abril—, y otro triunfo en pretemporada ante los Pioneros de Cancún de la Liga Premier. La estadística en la derrota es preocupante. Perdió en el Clausura 2019 ante Morelia, Puebla y Tigres . Luego vinieron los amistosos ante River Plate y Boca Juniors. En la International Champions Cup cayó ante Fiorentina, Benfica y Atlético de Madrid en penaltis (aunque ésta la pueden disfrazar con el empate en tiempo regular); y en el Apertura 2019 perdió 3-0 ante Santos.
Y de todo esto, el técnico de las Chivas no tiene ninguna culpa, o al menos así lo da a entender, cuando trata de desviar la atención a sus responsabilidades como quien debería absorber toda esa presión y canalizarla para que no afecte más a un equipo que de por sí no parece tener un rumbo bien definido, porque su entrenador prefiere convertirse en la estrella de las declaraciones sin sentido, que en el estratega que necesitan en la cancha.
Que recuerde Tomás que esta es la última oportunidad para dirigir a un club, ya no digamos importante, sino simplemente dirigir. También que recuerde que está peleando el descenso y que tiene que dar resultados para una afición que está dolida, que está molesta y que no encuentra alivio en sus declaraciones o cuando trata de distraer la atención al decir que el América también perdió contra River y Boca y no se hizo tanto escándalo.
Que recuerde que el América ganó el Campeón de Campeones y también consiguió la victoria en la primera jornada del torneo de Liga. Así que si quiere hacer una comparación, debe buscar otro equipo para hacerla ya que en este caso solamente hizo el ridículo ante los micrófonos.
Este hombre no tarda en explotar ante los reclamos de su afición, como ya lo ha hecho cuando dirigía a otros equipos, como con el Atlas con el que en 2014 y tras perder 0-2 ante el Toluca en el estadio Jalisco , golpeó a un hombre que le reclamó por la situación que vivían los rojinegros en esos momentos. Ya con las Chivas ha estado a punto de caer en uno de esos episodios. Lo más cercano fue cuando hace unos días en Estados Unidos , pidió a un hombre que dejara de grabarlo y le manoteó el teléfono.
Los resultados del Guadalajara no cambiarán en el corto plazo, porque al equipo le falta el trabajo que es más difícil hacer en la cancha que detrás del escritorio en un estudio de televisión. Y que recuerde que el mayor responsable es él, así que lo mejor es que deje de escudarse en que lo persiguen y no sé que otras paranoias.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx