El futbol mexicano debe acabar con las mentiras que tiene a su alrededor, las que siempre le acompañan, sobre todo cuando se trata de la Selección Nacional. Lo de anoche en San Antonio fue una mala broma. Se jugó ante un rival de nula capacidad y con un grupo de futbolistas que no encontraron algo que presumir durante los 90 minutos de un partido que nadie recordará, porque el mejor término para definirlo es, sin duda alguna, impresentable.

Fue anticlimático jugar contra una selección de Bosnia-Herzegovina conformada por juveniles, como si fuera un partido de preparación formal para un Mundial. Es inaceptable, no sirve para maldita la cosa.

La Selección Mexicana tiene que ser muy selectiva para la elección de los rivales, las sedes en las que jugará y todo lo que rodea a estos partidos organizados por Soccer United Marketing (SUM), empresa que organiza sus partidos aquí en Estados Unidos, ya que lo único que hacen es engañar con resultados positivos las carencias que el futbol mexicano tiene, porque ayer con cualquier rival de Primera División de medio pelo y de cualquier parte del mundo, la Selección no hubiera ganado... si es que a este equipo le podemos llamar Selección, porque insisto en que lo visto en el campo del Alamodome fue impresentable en todos los sentidos.

Lo que sí es que se dio un momento emotivo, cuando el volante del Monterrey Jonathan González debutó con la Selección Nacional, y no solamente eso, sino que fue lo más destacado del equipo, porque él junto al otro Jonathan, el Dos Santos, fue de lo mejor de una noche muy oscura para quienes intentaban tener un lugar en la lista definitiva de Osorio para la Copa del Mundo en Rusia.

En el primer tiempo se evidenció el inexistente nivel competitivo que en estos momentos tiene Giovani dos Santos, aunque se hayan cansado de mostrar en las redes sociales que se la pasaba entrenando para este partido. Se ve que no le sirvió de mucho, porque volvió a tener un mal desempeño, aunque parece ser lo de menos, porque está claro que Osorio lo tendrá en el Mundial, ya que en la conferencia de prensa posterior al juego de anoche no hizo otra cosa más que defenderlo y alabar su buen estado físico.

Pero de nada vale el análisis ni la profundidad, porque verdaderamente a lo que jugó anoche en San Antonio no lo considero la Selección Nacional, ni un partido de preparación de cara al Mundial.

Fue impresentable en todo: cancha, rival y una ciudad que ya está cansada de la explotación que se la hace con este equipo, porque ya no los pelan y el estadio no se llena.

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