El próximo 7 de diciembre se cumplen 21 años de que el Cruz Azul ganó por última ocasión el campeonato de Liga en México.
Una racha sin títulos que ha transformado a todos en esta histórica institución, sea quien sea, porque al vestirse de azul se ponen a la defensiva y hablan de cosas que no tienen maldita la cosa que ver con lo que se estarán jugando.
Miran “moros con tranchetes”. Resulta que muchas personas desean que este equipo siga sin ganar un campeonato y que esa “cultura del fracaso” de la que tanto ha hablado Pedro Caixinha aplique con más fuerza cuando se trata de Cruz Azul, un pensamiento del que ha contagiado a algunos de sus jugadores, para quienes parece más sencillo subirse a la verborrea de su entrenador.
Tal fue el caso de Adrián Aldrete , quien en la conferencia previa a la ida de los cuartos de final ante Querétaro, respondió con un fuerte impulso combativo a aquello de la carga emocional que puede existir para este equipo, ahora que parte como favorito para romper con esa racha de más de dos décadas sin ganar la Liga.
“Hay muchas personas que no sé si quieren que nos vaya mal, pero de algo tienen que hablar. Ser contreras es lo que da rating. El equipo está muy hermético desde la primera jornada. Cada quien que haga su trabajo, no debemos dejar que nos afecte. No creo en maldiciones, ni pondré veladoras, ni nada de eso”, dijo.
En verdad que pareciera que el trauma del que se contagian los jugadores que llegan a esta institución no los hace ver las grandes posibilidades que tienen de terminar con esta historia, que se ha nutrido más por la falta de fortaleza mental que por lo futbolístico.
Porque así como Aldrete se ha lanzado con estas palabras, muchos otros jugadores que han vestido la camiseta cruzazulina se han puesto en la misma actitud, incluso hasta desafiante, cuando sería mucho mejor que le explicaran a su afición de las virtudes que tiene este equipo para pensar en que podrán conseguir el objetivo.
Su actitud, pareciera, es el efecto de un trauma.
Pero para entender mejor lo anterior, primero entendamos como trauma “la herida por un golpe emocional que genera un perjuicio persistente en el inconsciente”.
En el caso de este equipo no ha sido un golpe, sino cinco, el mismo número de finales perdidas después de obtener el título en León en el Invierno 1997.
Porque así como han hablado y se convencieron de terminar como líderes el torneo en su fase regular, bien podrían estar convencidos de que tienen lo necesario para ganar el campeonato. Pero no, parece que es más sencillo poner las barreras de una maldita vez para después buscar a algún otro culpable y no asumir la responsabilidad que les tocaría si ese fuera el caso.
El técnico y los mismos jugadores de Cruz Azul se adelantan a algo que no ha sucedido y enfocan sus energías hacia donde no es necesario. Porque, si bien, sus palabras vienen como producto de las preguntas que les hacen, ni son culpables de los 21 años de fracaso tras fracaso para esta institución, ni deben tomar el puesto de salvadores del honor de todos aquellos que han abonado a esta historia que ha generado las burlas que hoy les molestan. Que se dediquen a jugar y ya veremos si su futbol y fuerza mental les alcanzan para salir campeones.
@gvlo2008
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