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La imagen del árbitro Francisco Chacón en candente charla con Emanuel Aguilera y Jesús Molina es un reflejo de una de sus peores actuaciones como silbante profesional. “A mí me vale madre... Todos me la pelan”, le dice al mediocampista del Guadalajara, quien le reclamaba por un tiro de esquina.
La verdad es que a Chacón no debería valerle madre, ya que sus fallas y la incapacidad que mostró ayer para tomar mejores decisiones en un partido cerrado, fue terrible, pero a pesar de que no se atrevió a señalar dos penaltis en favor del América y en otra jugada apretada en favor del Guadalajara, tampoco mostró más valor y se defendió con la que será una frase histórica. El equipo que dirige Miguel Herrera ganó el primero de los dos Clásicos de esta semana, al dejar eliminadas a unas Chivas cuyo técnico no está a la altura de estos compromisos y eso quedó demostrado ayer en el Estadio Azteca.
Aunque no juega bien, el América luce como un equipo más sólido que el Guadalajara. Un conjunto al que su gente de experiencia lo saca a flote ante la falta de contundencia o de tranquilidad para terminar las jugadas en el área y al acérrimo rival. De ahí que lo hecho por Bruno Valdez no sorprenda, ya incluso el torneo pasado, el del título de Liga, el paraguayo, junto a Aguilera y Guido Rodríguez fueron quienes sostuvieron al equipo cuando la delantera estuvo apagada.
Ayer, el americanismo volvió a gozar un triunfo sobre las Chivas , gracias a esos jugadores que tienen la capacidad de aparecer cuando las cosas no van bien en el trámite del juego y cuando otros, como Renato Ibarra y Andrés Ibargüen no explotan sus condiciones como debieran ante una defensa como la del Guadalajara.
Más increíble aún, lo de Cardozo, quien tenía una gran oportunidad de dar un paso importante en su carrera como entrenador, de encontrar fuerza en este proceso con las Chivas, pero la dejó ir desde antes de iniciar el partido, con una alineación que, aunque con la necesidad de hacer jugar a dos jóvenes por reglamento, no era lo que requería para el Clásico.
Desde la ausencia de Raúl Gudiño en la portería hasta la de Alan Pulido en el eje del ataque junto a Alexis Vega. Después claro que lo intenta rescatar con los cambios, pero la reacción que tuvo el cuadro tapatío con el ingreso de Isaác Brizuela terminó después de los dos primeros desbordes que realizó el volante por la banda derecha.
Estas Chivas de Cardozo son un equipo sin capacidad, un conjunto amorfo, que no tiene sentido sobre el terreno de juego y que no fue goleado por la falta de valor de Chacón para marcar dos penaltis que pudieron cambiar el destino del juego, y porque Nicolás Castillo está tan desesperado por lucir con el América, que termina por no pesar y hasta hacer su primer berrinche del torneo cuando lo sacaron de la cancha.
Resulta terrible para la afición del Guadalajara que su técnico no tenga una respuesta a lo que se le presenta en la cancha. Y si no la encuentra para el partido del sábado, y pierde el Clásico de Liga, seguramente tendrá graves consecuencias y el domingo, a más tardar el lunes, habrá cambios en Chivas, aprovechando la fecha FIFA.