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Serán meses de mucha planificación, pero sobre todo de tomar una decisión correcta, para los campeones Eagles de Filadelfia. ¿Quién, en su sano juicio, no pondría al Jugador Más Valioso del Super Bowl LII como titular para la siguiente temporada? Por eso, lo que ayer hizo Nick Foles fue su mejor carta para una negociación económicamente muy atractiva con cualquier otro equipo de la NFL.
Se dice fácil, pero cuando tomó al equipo, por la lesión de Carson Wentz, con ese récord de 10-1, nadie confiaba en este trotamundos de la NFL, quien curiosamente inició su carrera con los Eagles de Filadelfia, luchando por la titularidad con el organizador de peleas de perros, Michael Vick.
Jeffrey Lurie, dueño de los hoy campeones, tiene una historia con un pasado muy ligado a los Patriots de Nueva Inglaterra, ya que este judío es oriundo de Boston, pero emigró a California durante una época de su vida, porque venía de una familia de productores de cine; incluso, está documentado que cuando vivía en Santa Bárbara, durante los fines de semana buscaba desesperadamente dónde ver a sus queridos Patriots, esos mismos que ayer derrotó, para dar una enorme satisfacción a los fanáticos de los Eagles de Filadelfia.
Pero antes de este éxito, lo más destacado en la carrera de Laurie había sido la producción de la película “Jerry Maguire”, aquel éxito hollywoodense en el que Tom Cruise era agente de jugadores de la NFL; curiosamente, Nick Foles tendrá que hacer uso de uno de ellos para colocarse en un equipo que le permita tener continuidad en la próxima temporada. Los Cardinals de Arizona parecen ser la principal opción.
Los grandes problemas que tiene una liga como la NFL, sobre todo con el escándalo de las conmociones cerebrales, no implica que no sea un gran espectáculo, como el que se vivió anoche en el US Bank Stadium de Minneapolis, pero —eso sí— nadie en la transmisión de la NBC dijo lo sucedido al receptor Brandin Cooks, quien salió con un golpe durísimo. Solamente dijeron que se lo habían llevado a los vestuarios por una conmoción, pero nunca ampliaron, ni explicaron a detalle.
La magnífica historia de Foles, por quien nadie daba un reverendo pepino para ser campeón, marcará uno de los momentos más especiales, conmovedores, espectaculares de este deporte. No nada más por la llegada abrupta, por una lesión del titular de su equipo, sino porque también fue el que pudo derrotar a Tom Brady cuando todos lo daban ya como el mejor de la historia, lugar que le seguirá correspondiendo al legendario Joe Montana.