Es de poca clase opacar el triunfo contra Alemania . Empezando por Juan Carlos Osorio que acabando la más gloriosa victoria del futbol mexicano en la historia de Copas Mundiales dijo, “se lo dedico a quienes creen en mí, y en los que no creen en mí” extendiéndose a Jonathan dos Santos , que ayer en conferencia de prensa declaró: “sólo lo critican por chingar”, refiriéndose al entrenador colombiano.

Es un peligro meterse en ese juego. Los críticos del deporte, los libres, no las botargas de la Selección o porristas descarados, vieron el 0-7 contra Chile , el 1-4 contra Alemania y el 0-1 contra Jamaica, partidos que eran imposible decir algo contrario al desastre que se vivió en el campo.

Qué necesidad de lanzar estos mensajes inmaduros, incoherentes y que muestran complejo de inferioridad.

Un conductor de televisión, un actor o un cantante puede ofrecer en una noche una actuación desastrosa y ser objeto de una crítica severa y objetiva, así como puede tener un día brillante y el mismo crítico lo pone en un lugar maravilloso. Aprendamos a diferenciar, da la impresión que al futbolista de la Selección Nacional, si no le estás lamiendo las botas todo el día, si no le estás diciendo que es maravilloso, ejemplar y grandísimo jugador, eres su enemigo. Es un absurdo.

Si se criticó a Osorio es porque el equipo no funcionó en momentos cumbre, donde deben demostrar lo que en el estadio Luzhniki hicieron, personalidad, solidaridad, ideas, hambre de triunfo y compañerismo extremo. De verdad da gusto ver a un equipo así en el campo.

Por eso las respuestas inmaduras son además de absurdas, peligrosas, porque la tendencia después de ganar a Alemania es encaminarse sin problemas a octavos de final, pero ¿qué pasaría que su rendimiento no fuera el mismo y tuvieran crisis contra Corea del Sur y Suecia ? ¿Cuál sería su reacción? ¿Diría Osorio que la derrota es dedicada a quienes no creen en él? En fin, es un juego estúpido. Si quieren una pluma, un micrófono o ser parte del periodismo, deben además aprender una regla básica, el que generaliza absuelve, así que además de inmaduras e insensatas sus palabras, están llenas de ambigüedad, porque nunca dice quiénes son los que quieren chingar o quiénes son los que no creen en él.

La soberbia mata hasta al más y mejor preparado

, así que sería muy bueno que una cabeza de la organzación les ponga un alto, de nada sirve esto, que aunque pocos se han dado cuenta por la euforia que se vive, son declaraciones peligrosas.

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