La semana pasada, cuando se publicó en UNIVERSO DEPORTIVO la elección de una nueva mesa directiva de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, de inmediato vinieron las descalificaciones, las mentiras y el intento de aferrarse al poder por parte de Antonio Lozano Pineda. “Totalmente falso, no hay razones legales para convocar a elecciones”, fue la postura del ex presidente de la FMAA, en un comunicado, como respuesta a lo plasmado en las páginas de UD.

Documentos en poder de esta casa editorial acaban con las mentiras de funcionarios para los que la sed de poder es su modus vivendi. La Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte fue clara en su resolución y el martes 15 de agosto se llevó a cabo una Asamblea Extraordinaria de la FMAA, en donde se eligió como su nuevo presidente a Israel Benítez. Un órgano serio como la CAAD no estaría fungiendo en complicidad de nadie, sino para encontrar la verdad en un caso que resultó, como siempre pasa cuando hay conflictos de intereses, en un pleito de poca monta de quien fue sustituido de manera legal.

Según la resolución de la CAAD, se declaró la “ilegalidad de la Convocatoria de Asamblea General Efectiva a celebrarse el 28 de septiembre de 2014”, día en el que se integró el nuevo Consejo Directivo, encabezado por Lozano, para el periodo 2014-2018. La prueba es contundente. Ahora cómo se defenderá ante este documento que seguramente tiene, pero niega su existencia. Es una resolución definitiva de la CAAD, la máxima instancia legal en el deporte de nuestro país.

Lozano, quien estuvo en la cárcel 22 días al ser señalado de peculado por la Conade, no entiende que intentar mantenerse en la presidencia de la FMAA solamente le hace mal a su deporte, por el que “trabaja” día a día. Fue señalado por actos fuera de la normalidad para un presidente. Ejemplos hay muchos. Cuando hacía quinielas entre sus empleados, intentando atinar cómo les iría a sus atletas en competencias, o nunca dejar en claro los procesos de selección a Mundiales y Juegos Olímpicos, tratando de diferente forma a quienes le caían bien y a quienes no lo toleran, que son la mayoría. También fue criticado por cobrar dinero en cada carrera molera que se organizaba en el país; es decir, si no existía el aval de la FMAA, no se podía hacer.

Un presidente señalado por peculado es algo muy grave y que no puede permitir la estructura del deporte mexicano. Ahora, Benítez tiene en sus manos renacer al atletismo en México, disciplina que siempre nos entregaba buenas cuentas.

Alfredo Castillo también tiene en sus manos una tarea inmediata: reconocer a esta nueva directiva, que legalmente ya está instalada. Carlos Padilla debe hacer lo propio. Todo lo demás será seguir en un pleito de vecindad que no le conviene a nadie.

@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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