Pocas veces tendrá la Selección Mexicana , de aquí a Rusia 2018 , un escenario tan complejo y hostil como el que verá esta noche en el estadio Olímpico Metropolitano . Honduras se juega el boleto directo o a la reclasificación, mientras que el equipo de Osorio solamente el orgullo de ser el primero de la zona, romper el récord de puntos en el Hexagonal e intentar finalizar invicto.

Hay que aprovechar el partido y tomarlo con toda la seriedad que requiere, entender que en los nueve meses que faltan para el Mundial solamente este encuentro y los que se jugarán en Europa servirán para profundizar en la preparación, porque son con alto grado de dificultad. Osorio no ha repetido una sola alineación desde que está a cargo del equipo y no nada más eso, tampoco es un secreto que improvisa con futbolistas en posiciones que no dominan y, si bien terminará una eliminatoria sin contratiempos, los cuestionamientos son muy profundos.

Jorge Luis Pinto

, el entrenador bravucón de Honduras, lanzó toda la presión al arbitraje, argumentando que ellos son maravillosos y que si están casi eliminados de Rusia es por los silbantes mexicanos, en vez de darse cuenta que sus mentiras nadie se las cree. Autocrítica debería tener el colombiano, quien está por fracasar en un proyecto que les vendió a los hondureños después de finalizar con Costa Rica dentro de los ocho mejores equipos del pasado Mundial. Pinto enrarece el entorno de un partido intrascendente para los mexicanos, que deben ser sumamente cuidadosos en las provocaciones catrachas, las que recibirán desde la tribuna y las que vivirán en la cancha.

Deben ser inteligentes los futbolistas mexicanos, entender que una expulsión puede marginarlos del primer partido en Rusia 2018. No así la acumulación de tarjetas amarillas, como debió explicar la Femexfut después de tanta noticia falsa.

La Selección Mexicana no deja una buena sensación, pero por lo menos tiene gran unión. Eso de celebrar en San Luis Potosí un centro correcto de Layún (de los pocos que logró) como si fuera un gol en el último minuto de una final, lo dice todo.

Se tiene que dar un golpe de autoridad esta noche. El calendario se acomodó para jugar contra los peores en el cierre del Hexagonal y por más 40 grados de temperatura, por más hostilidad, por más que Honduras se juega la vida, si no gana esta noche, seguirán, y cada vez más profundos, los cuestionamientos a un entrenador que ha demostrado que cuando debe ganar, pierde, como fue en Copa América, Copa de Oro y Copa Confederaciones. Hoy es el día en el que Osorio inicia el camino al quinto y deseado partido en el Mundial.

Lo que es una lástima es que no existe seriedad al dar permisos especiales, como sucedió con Javier Hernández, quien ni siquiera viajó a Honduras. Ahora es él, después será cualquiera, pero debería haber solidaridad y estar todo el equipo junto, incluso los futbolistas suspendidos.

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