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Solamente cinco partidos para darse cuenta de que no era quien los sacaría del atolladero en el que están metidos. Se acabó el mito de Sergio Egea en Pumas, aquel hombre que se decía fue el artífice del bicampeonato en 2004, que era el verdadero entrenador de aquellos jugadores dirigidos oficialmente por Hugo Sánchez. Hoy, la figura del Pentapichichi cobra de nuevo relevancia, porque simplemente se valida lo que fue, lo que dejó y al ver el desastre que es hoy Pumas, muchos universitarios deberían disculparse con Hugo.
Un equipo que debe encontrar un revulsivo desde el banquillo, ese que no se le da desde la oficina. Por eso la elección del entrenador es extremadamente importante, ya no pueden volver a poner a alguien que siga deprimiendo a los aficionados, que siga hundiendo al equipo.
David Patiño es una buena elección. Se trata de un entrenador institucional que conoce perfectamente bien de lo que se trata la Universidad y su futbol, y que tuvo una brillante actuación en lo que fue la gran Cantera Puma, ese equipo que Jorge Borja se empeñó en vender, Pumas Morelos. No le habían dado la oportunidad cuando la merece más por su historia, que ilustres desconocidos a los colores universitarios que han pasado por ahí, como fueron José Luis Trejo, Mario Carrillo y hasta Juan Francisco Palencia, quien si bien, jugó su última etapa con Pumas, siempre se le identificará como un gran estandarte del cruzazulismo y no de los colores auriazules.
Es Patiño el hombre que puede dar una imagen distinta. Como buen elemento institucional y con una carrera que lo avala para poder tener una verdadera oportunidad con los colores que más lo identifican.
Egea se va sin pena ni gloria, no tiene aún la suerte para demostrar su valía en un banquillo de futbol. En su época con Altamira lo despidieron tal vez sin argumentos. La familia De Hita decidió en el torneo Clausura 2013 echarlo del banquillo al ganar solamente dos partidos, de nueve disputados. En España dirigió al Real Oviedo durante casi dos temporadas haciéndolo muy bien, dando tranquilidad al equipo de Carlos Slim, al que llevó a pelear por los primeros lugares de la Segunda División. Su salida, pese a estar en el tercer lugar fue, según sus propias palabras por “desavenencias” con algunos futbolistas y prefirió, por el bien del equipo, hacerse a un lado. Una historia similar ahora con Pumas, con distintos resultados deportivos, pero con el mismo criterio de que en un momento dado un cuerpo técnico que no suma, no tiene porqué restar.
Pero Egea deja hundido en problemas deportivos serios a Pumas. Al final era el encargado en desarrollar el proyecto de la Cantera, de darle nueva vida y de debutar a futbolistas talentosos.
El presidente de Pumas, Rodrigo Ares de Parga, recibió recomendaciones en las últimas semanas desde Rectoría, para que llegara a la institución no sólo el entrenador, sino directores deportivos y de fuerzas básicas, para mejorar lo que ha sido el equipo.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx
Un equipo que debe encontrar un revulsivo desde el banquillo, ese que no se le da desde la oficina. Por eso la elección del entrenador es extremadamente importante, ya no pueden volver a poner a alguien que siga deprimiendo a los aficionados, que siga hundiendo al equipo.
David Patiño es una buena elección. Se trata de un entrenador institucional que conoce perfectamente bien de lo que se trata la Universidad y su futbol, y que tuvo una brillante actuación en lo que fue la gran Cantera Puma, ese equipo que Jorge Borja se empeñó en vender, Pumas Morelos. No le habían dado la oportunidad cuando la merece más por su historia, que ilustres desconocidos a los colores universitarios que han pasado por ahí, como fueron José Luis Trejo, Mario Carrillo y hasta Juan Francisco Palencia, quien si bien, jugó su última etapa con Pumas, siempre se le identificará como un gran estandarte del cruzazulismo y no de los colores auriazules.
Es Patiño el hombre que puede dar una imagen distinta. Como buen elemento institucional y con una carrera que lo avala para poder tener una verdadera oportunidad con los colores que más lo identifican.
Egea se va sin pena ni gloria, no tiene aún la suerte para demostrar su valía en un banquillo de futbol. En su época con Altamira lo despidieron tal vez sin argumentos. La familia De Hita decidió en el torneo Clausura 2013 echarlo del banquillo al ganar solamente dos partidos, de nueve disputados. En España dirigió al Real Oviedo durante casi dos temporadas haciéndolo muy bien, dando tranquilidad al equipo de Carlos Slim, al que llevó a pelear por los primeros lugares de la Segunda División. Su salida, pese a estar en el tercer lugar fue, según sus propias palabras por “desavenencias” con algunos futbolistas y prefirió, por el bien del equipo, hacerse a un lado. Una historia similar ahora con Pumas, con distintos resultados deportivos, pero con el mismo criterio de que en un momento dado un cuerpo técnico que no suma, no tiene porqué restar.
Pero Egea deja hundido en problemas deportivos serios a Pumas. Al final era el encargado en desarrollar el proyecto de la Cantera, de darle nueva vida y de debutar a futbolistas talentosos.
El presidente de Pumas, Rodrigo Ares de Parga, recibió recomendaciones en las últimas semanas desde Rectoría, para que llegara a la institución no sólo el entrenador, sino directores deportivos y de fuerzas básicas, para mejorar lo que ha sido el equipo.
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