Francisco Rivas

La seguridad en voz de Peña Nieto

Sexenio tras sexenio escuchamos las promesas de campaña que dibujan un país de progresos, seguro, con un piso parejo frente a la ley para todos, en donde la tan anhelada igualdad de oportunidades será una realidad

20/03/2019 |03:24
Redacción El Universal
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Este miércoles el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) presenta el documento Del dicho al hecho: La seguridad en voz de Peña Nieto Lecciones de su sexenio , que lleva a cabo un recuento sistemático de los discursos hechos por el expresidente Enrique Peña Nieto en torno a la problemática de seguridad y violencia que aquejan al país.

En los últimos dos años, señala el estudio, la tasa de homicidio doloso rompió récord, en 2017 y 2018 este delito llegó a su máxima expresión desde que se cuenta con estadística pública oficial. De igual manera, en este mismo lapso hemos observado el incremento de la incidencia de diversos delitos de alto impacto, al grado que podría afirmarse que al menos dos tercios del país se encuentran sumidos en una crisis de seguridad.

Este es el escenario un tanto desalentador del final de la administración del expresidente Enrique Peña Nieto, el cual difiere con el de los inicios de su gobierno. Simplemente basta recordar que hace seis años, Tijuana , Ciudad Juárez y la Zona Metropolitana de Monterrey eran ejemplos de que la pacificación del país era posible. Hoy, esas mismas áreas urbanas enfrentan de nuevo una grave crisis, que en el caso de Tijuana es incluso superior a la de sus peores años entre 2008 y 2009.

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¿Acaso esto es lo único que se puede decir respecto al sexenio de Peña Nieto en materia de seguridad? Sin temor a equivocarme puedo afirmar que no, pues durante su gobierno también tuvimos conocimiento de su intención de fortalecer las instituciones locales, de crear una nueva institución que pudiera sustituir a las Fuerzas Federales en las labores de seguridad pública, de combatir el fenómeno delictivo mediante una estrategia de regionalización, de consolidar el sistema de justicia penal adversarial, entre otras. No obstante, con el transcurso de los años algunas de ellas fueron relegadas al olvido por parte del exmandatario, mientras que otras tantas simplemente no dieron los resultados esperados.

Hace seis años, la portada de una revista internacional nos presentaba la figura de Enrique Peña Nieto y con la frase Saving Mexico , enmarcaba la productividad legislativa que daría pie a una serie de importantes reformas estructurales. Sin embargo, al final de su sexenio, Peña Nieto terminó con la más baja popularidad de cualquier presidente del México moderno.

Sexenio tras sexenio los mexicanos escuchamos las promesas de campaña que dibujan un país de progresos, seguro, con un piso parejo frente a la ley para todos los mexicanos en donde la tan anhelada igualdad de oportunidades será una realidad. Pero también sexenio tras sexenio acabamos desilusionados por los resultados obtenidos por parte de quien encabezó al Ejecutivo federal, en otras palabras, nuestra joven democracia ha dejado insatisfecho a un porcentaje significativo de la población.

Parte de la enorme popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador se debe precisamente a que propone, en teoría, un modelo distinto a lo que se ha intentado en el pasado y que no ha tenido resultados. Desde su campaña, el proyecto del político tabasqueño ha consistido en una propuesta antisistémica, enfocada a las preocupaciones cotidianas de las personas, en la austeridad y el combate a la corrupción.

Si cuestionáramos cómo evalúa la sociedad los resultados de Peña Nieto en materia de seguridad y justicia, seguramente la mayor parte de la población lo reprobaría basándose exclusivamente en las cifras de incidencia de ciertos delitos del fuero común. No obstante, esta sería una visión parcial sobre su administración que no nos permitiría analizar a profundidad qué es lo que sucedió durante estos seis años.

En el Observatorio Nacional Ciudadano nos interesa rescatar aprendizajes más que emitir juicios, para que podamos aprender lecciones tanto de los aciertos como de los errores que hemos cometido en México. De cara al inicio de un sexenio que enfrenta una situación sumamente compleja de seguridad, consideramos necesario identificar las acciones implementadas y sus presuntos efectos acorde con lo expresado por el expresidente.

Este ejercicio es fundamental si efectivamente lo que se intenta es que las reformas normativas y las políticas públicas tengan el resultado que tanto anhelamos: vivir seguros y en paz. Para que esto último ocurra, tanto el Gobierno Federal como la sociedad civil necesitamos aprender varias lecciones.

El estudio Del dicho al hecho, la seguridad en voz de Peña Nieto , innovador por su metodología, también visibiliza la existencia de un sistema de reglas institucionales publicadas, expuestas y practicadas por la administración del presidente Peña. Dichas reglas representan un principio aplicado en todos los discursos, lo que nos permite asumir ciertas convergencias o sesgos en la intencionalidad de los mensajes o en las circunstancias en las que fueron emitidos.

Los mexicanos merecemos vivir en un país donde cada persona pueda salir de su casa tranquilo y seguro de que su integridad física y patrimonial están garantizadas, donde en caso de algún conflicto o más aún, de ser víctima de un hecho delictivo, existan instituciones capaces y suficientes para permitir el debido acceso a la justicia. Sin embargo, esto no va a ocurrir si continuamos centrados simplemente en los delitos del fuero común.

Como sociedad civil debemos exigir resultados puntuales en torno a delitos del fuero federal; debemos exigir que la seguridad se deje de ver con una lógica centralista y nacional para atender problemáticas locales, que no responden a dinámicas del crimen organizado ni del narcotráfico; debemos exigir que se trabaje seriamente en la mejora de las instituciones de seguridad y justicia para que deje de ser un mero lugar común en la narrativa oficial.

Debemos recordar que los errores en seguridad tienen implicaciones graves, terminan con la vida de las personas y con el progreso de las comunidades. Si no queremos que la actual crisis se agrave y que 2024 culmine con otros 125 mil 516 casos de homicidio doloso y más de 40 mil personas desaparecidas, es hora de que, de manera seria y objetiva, aprendamos de los aciertos y yerros del sexenio pasado.

Director General del Observatorio Nacional Ciudadano
@frarivasCol