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Este miércoles el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) y el Observatorio de la Ciudad de México (OCMX), presentamos el análisis anual de lo ocurrido en la capital de nuestro país durante 2018 en materia de seguridad.
Con base en datos oficiales –de manera similar a lo que sucedió a nivel nacional-, para la Ciudad de México 2018 fue un año de récords negativos. La capital alcanzó su máxima tasa de homicidios dolosos desde que se cuenta con registros públicos, el robo con violencia llegó a su nivel más alto del sexenio y en particular, la alcaldía Benito Juárez se posicionó a nivel nacional como el municipio con la mayor tasa de robo a negocio del país.
Si bien el documento y la rueda de prensa estuvieron listos para febrero, en el ONC decidimos ampliar el análisis de los datos a la luz de las declaraciones de las autoridades capitalinas que señalaban inconsistencias en los registros que había estado publicando la pasada administración.
Por ello, en el ONC decidimos esperar, reunirnos con la Procuradora General de Justicia de la Ciudad de México y su equipo, entregarle nuestro análisis y permitirles elaborar un documento que explicase los hallazgos que ellos habían encontrado.
De esta manera, el Reporte de Incidencia delictiva 2018 del OCMX se compone de dos partes, el acostumbrado análisis de datos oficiales que sustenta nuestra metodología, y la presentación de los hallazgos de la PGJCDMX, así como la información que nos dieron sobre los cambios.
En los últimos tres años, en el ONC, a través del análisis focalizado del OCMX, hemos estado monitoreando la evolución de la incidencia delictiva en la Ciudad de México, ello nos permitió advertir con puntualidad el cambio de tendencias de los delitos y de la violencia, particularmente del cambio y aumento de los delitos de las entonces delegaciones, así como de las deficiencias en los registros de incidencia delictiva.
El año pasado, al presentar el reporte correspondiente al segundo trimestre del año, evidenciamos cómo había indicios de que la procuraduría capitalina había modificado los registros de “robo a transeúnte”, para incorporarlos a la estadística de “otros robos”.
De esta manera, la PGJ mostraba una aparente disminución de la incidencia de este delito cuando en realidad sería sólo una transformación cosmética.
En efecto, la PGJ confirmó su decisión de registrar los robos de celular en la categoría “otros robos” pese a que esta práctica no hubiese sido reportada al SESNSP, ni fuese consistente con otras prácticas a nivel nacional.
De manera similar a los hallazgos del OCMX, la actual administración ha señalado en reiteradas ocasiones, inconsistencias en los registros de homicidio doloso, feminicidio, violaciones, entre otros delitos. La tarea pendiente es reconstruir la serie para entender qué fue lo que efectivamente sucedió en 2018, al tiempo de investigar el porqué de estas inconsistencias.
Hay que recordar que manipular las bases estadísticas no sólo es una falta administrativa, sino que conlleva consecuencias penales para quien lo cometió; debilita el acceso a la justicia para las víctimas y representa una falla en la rendición de cuentas de una autoridad.
En el ONC hemos advertido la gravedad de lo que ha acontecido en nuestra capital, sobra decir que los llamados desde la ciudadanía tuvieron muy poco impacto, la autoridad manifestó una y otra vez resistencia a reconocer que la violencia en la Ciudad de México se encontraba descontrolada, que la penetración de la delincuencia organizada en la capital estaba generando una importante descomposición de las condiciones de seguridad en lo local, y que las actuales condiciones nos llevaban a concluir una posible colusión de autoridades que protegían a ciertos grupos criminales.
Si bien es pronto para evaluar las decisiones del gobierno de la Dra. Sheimbaum, parece positivo que tanto la SSP como la PGJ se abran a la colaboración y análisis público, y que, a través de la Agencia de Innovación Digital, transparenten una mayor cantidad de información para entender cómo se comporta el delito en la capital y reconozcan los retos que significa combatir a la delincuencia común y organizada.
Es importante que estos signos se transformen en resultados, que la incidencia delictiva disminuya, que se recupere la confianza institucional, que mejore el acceso a la justicia para las víctimas, así como la rendición de cuentas.
Es importante que la autoridad capitalina sancione a quien resulte responsable de haber manipulado la estadística y corrija definitivamente las debilidades en los procesos que permitieron la construcción de estadísticas incompletas.
Es importante que la Ciudad de México logre ser un lugar en donde todos los mexicanos podamos transitar sin miedo y se mantenga como un polo económico, turístico y cultural de nuestro continente.
@frarivasCoL