Las raíces etimológicas de la coprocracia se remontan al griego. Copro, kópros, elemento compositivo prefijo que significa excremento: coproanálisis, coprofagía, coprófago, como podría ser el caso de muchos perredistas, priístas, morenistas, panistas, pesistas, candidatos independientes camuflados y niños verdes o multicolores, auténticos coprófagos… La segunda parte del neologismo, cracia, significa fuerza, gobierno, dominio… Así encontramos la fórmula perfecta para definir coprocracia mexicana: el poder o el gobierno de la mierda…

¿Fuerte el terminajo? ¡Claro que lo es!, pero pensemos en el PAN, absolutamente dividido, en donde hasta un ex presidente del propio partido, defensor de las banderas ultramontanas, entre otros gerifaltes, de repente dan un bandazo y aparecen, sin decoro alguno, traicionando sus principios ideológicos —si alguna vez los tuvieron— para registrarse en el PRI o en Morena, un partido al menos proteico, por llamarlo de alguna manera. ¿Se imaginan a un Miguel Miramón, ultra conservador, pro clerical y pro monárquico, atacando sin pudor a la iglesia y a Maximiliano, aliándose de golpe al movimiento liberal juarista?

¿Se puede estar en contra del matrimonio homoparental, de la adopción de niños entre parejas homosexuales, en contra de la educación sexual, de las píldoras anticonceptivas, en contra de la suspensión del embarazo y aliarse en un frente electoral con los perredistas, defensores de dichos conceptos? ¿No se trata de un evidente aborto político? ¿Cuál trinchera se defiende? La coprocracia adquiere un hedor mefítico cuando el PES, Partido Encuentro Social, cristiano y evangelista, de extrema derecha confesional, el mismo que, además de todo lo anterior, también se opone a los derechos de LGBT, de repente se une a Morena, de supuesta izquierda, a pesar de que el PES votó, junto con el PRI y el PAN, en contra las propuestas legislativas morenistas en el Congreso. ¿Qué tal la pestilencia política? ¿Eh...? ¿Verdad que hiede?

¿Quién va a defender la intención del voto ciudadano en el Congreso, en el contexto de este menjurje desaseado, en donde la política se ha prostituido, se ha convertido en un gran negocio y los electores, confundidos, serán ignorados tan pronto concluyan los comicios? ¿A dónde vamos? Todas las banderas están manchadas y deslavadas. ¿A quién creerle ante la desaparición de las ideologías?

El tal Bronco, un traidor de las más caras causas regiomontanas, un priísta camuflado inventado para restarle votos a López Obrador, el supuesto rescatista del tesoro regio saqueado impunemente, según la prensa por el gobernador saliente, hoy en risueña libertad; este “ilustre”, desconocido en el resto del país, reúne sospechosamente, en un chasquido de dedos, cientos de miles de firmas con millones de pesos de dudoso origen que apoyan su candidatura, ahora presidencial. ¡Qué olor…! ¿Y los vendedores de credenciales de elector que las enajenan a 8 pesos para que los independientes puedan contar con su registro, mientras el INE se abstiene de tomar las medidas esperadas? ¿Más…? AMLO prometió cínicamente que si llegaba a ganar la Presidencia amnistiaría a la “mafia del poder”, según él, la peor enemiga de México. ¿Y la “honestidad valiente”, la “constitución moral”, la purga ética del gobierno consiste en perdonar a la pandilla priísta? ¿Sí…? ¿Ésa es la regeneración moral de la sociedad o su temeraria “degeneración”…? ¿Y el Estado de Derecho? ¿Verdad que todo apesta?

Cantinflas haría una parodia maravillosa de este circo político, porque ahora tenemos a un candidato del PRI que no es priísta, pero tampoco panista, o tal vez es más panista que priísta, y que es traicionado por los propios tricolores, ya que mientras él propone, con sobrada razón, acabar con la corrupción y con la impunidad, los legisladores de su partido, que no son de su partido, pero que sí lo son, bloquean la investigación de las operaciones de Odebrecht en Pemex, junto con 50 diputados de Morena que “curiosamente” abandonaron la “H” Cámara de Diputados antes de la votación. ¿Es clara la alianza PRI-Morena en contra de Meade? ¿Creerán que Meade es el payaso de la bofetadas?

Ahí está un gobierno que utiliza a la PGR, otra canallada, para atacar sin pruebas a Anaya, que prometió encarcelar a los políticos corruptos, cualquiera que sea el cargo público que ocupen. ¿Respuesta? Los priístas, temerosos de ser encarcelados, negocian con López Obrador la impunidad a cambio de su apoyo electoral, una felonía innombrable en contra del propio candidato priísta, al que dicen apoyar, pero lo apuñalan por la espalda. Por otro lado, surge una candidata independiente que es panista, pero ya no es panista, sino sólo calderonista. What…?

¿Debemos creerle a los chapulines (insectos ortópteros que brincan como pelotas de hule) que traicionan a su partido a cambio de la impunidad o a los panistas ultramontanos, hoy confesos morenistas de extrema izquierda, que perdonan públicamente a la tal mafia, a la pandilla que defraudó a México, con tal de llegar al poder? ¿Qué tal un López Obrador que permite el ingreso a su partido (es de él y solo de él) de sujetos perseguidos por la justicia con quienes pretende reformar éticamente a México? ¿Ésos son los reformadores…? ¿Sí…? Holy shit!

La política mexicana es apestosa, hedionda, fétida y corrupta a tal extremo que ha convertido a nuestra democracia en una auténtica coprocracia en momentos en que la paciencia nacional se agota. No tendremos otra oportunidad de reivindicación social después de este crítico 2018. Se escucha en términos sonoros e inconfundibles a lo largo y ancho de México: “Última llamada” antes de asistir a otro siniestro episodio del México Bronco que nadie quisiera volver a presenciar…

Otro sí digo: López Obrador ya anunció que si hay fraude electoral él no va a detener a la gente… Pero, ¿quién decide si hubo fraude electoral o no…? ¿López o la autoridad? ¡López!, el mismo constructor de la “República amorosa” que mandó piadosamente “al diablo a las instituciones…” No importa si millones de mexicanos, ciudadanos de a pie, de todos los perfiles políticos, van a vigilar los comicios y a levantar las actas y que existe un Trife para resolver la licitud de la contienda. Esta vez no tomará Reforma, sino el país completo. Su santidad López Obrador, supremo guía espiritual de la nación, un peligro para México, ya advirtió que si pierde las elecciones estallará la violencia y él no la detendrá, pero sí la impulsará oculto en su rancho… Si no gana, el diluvio, la revolución… ¡Horror! ¿Y la patria…? A la mierda con la patria…

Finalmente, ¿qué es la patria en el contexto de una carroñosa coprocracia…?

@fmartinmoreno
www.franciscomartinmoreno.com

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