La semana en curso, durante la cadena de entrevistas dedicadas a la presentación de México Esclavizado, mi más reciente novela, tuve un encuentro furtivo con una singular periodista, quien me disparó a bocajarro la siguiente pregunta una vez concluida la obligatoria sesión de fotografías: “¿Por quién vas a votar, Francisco?” Sorprendido por una cierta invasión a mi intimidad, repuse de inmediato: “Todavía no sé por quién lo haré, pero sí sé a ciencia cierta por quién no lo haré”. Ante la imposibilidad de contener su curiosidad, agregué sin ambages: “Jamás votaré por López Obrador”. Ante el silencio críptico que se produjo después de mi respuesta, tocó mi turno de los cuestionamientos: “¿Y por quién votarás tú? La pregunta cabe ante la mínima reciprocidad a la que estás obligada; yo ya bajé mis cartas”. “Lo haré por López Obrador”, adujo al tiempo que recogía sus objetos personales del escritorio con el ánimo de ausentarse a la brevedad posible, como si hubiera sostenido una conversación con la encarnación misma de Mefistófeles.
“¿Cómo vas a votar por López Obrador si en México, un país de reprobados —traté de interceptarla—, existen más de 50 millones de personas sepultadas en la pobreza, la evidencia del desastre educativo, y tu tabasqueño todavía exige la derogación de la reforma educativa al llegar el poder?” En ese momento me lanzó una mirada cargada de odio a modo de una pistola que apuntara a mi frente y estuviera dispuesta a disparar balazos en ráfaga. Volvió a guardar silencio y entendí su deseo de abandonar el recinto sin tardanza. La detuve con este argumento: “López Obrador creyó poder engañar al público absteniéndose de contestar las preguntas de los otros candidatos durante el debate, una manera de esconder sus culpas, su ignorancia y escapar a las verdades inconfesables”. “No me importa lo que digas, adujo, yo votaré por AMLO.” “Pero si además se amafió con la CNTE, defensora de la ignorancia, una organización incendiaria, cuyos maestros disidentes se niegan a capacitarse y tienen a más de 3 millones de niños sin escuela en los estados más pobres del país.” “No me importa, yo votaré por AMLO.” “Pero si tu candidato se opone a la reforma petrolera que le reportará a México 200 mil millones de dólares para crear miles de puestos de trabajo y beneficios para todos.” “No me importa, yo votaré por AMLO.”
Ahora guardé yo silencio en tanto me echaba la escopeta al hombro y apuntaba a la cabeza de mi interlocutora, que esperaba la balacera con los brazos cruzados y recargada en la pared. “A ver. López propone construir refinerías con costos de miles de millones de dólares cuando la industria automotriz empieza un acelerado proceso de reconversión para fabricar automóviles eléctricos…” “No me importa, yo votaré por AMLO.” “¿Qué…? Pero si se opone a la construcción del aeropuerto que permitirá el acceso de cuando menos 20 líneas aéreas extranjeras adicionales a las existentes, que ahora no pueden aterrizar por el congestionamiento de las terminales. Hablamos de la brutal expansión del turismo, de empleos y prosperidad compartida. A todo México le conviene.” “No me importa, yo votaré por AMLO.” “Pero si va a perdonar a los narcos, secuestradores y demás criminales, unos saldrán de la cárcel y otros jamás entrarán. La delincuencia va a ser peor que en los últimos 3 gobiernos juntos.” “No me importa, yo votaré por AMLO.” “Pero si es un cínico porque ataca a la llamada mafia del poder y por el otro lado alega que, de llegar a la presidencia, va a perdonarla... Es un descarado.” “No me importa, yo votaré por AMLO.” “Pero si tu AMLO nunca ha pagado impuestos, no existen sus declaraciones de ingresos y nunca se ha sabido de qué ha vivido en 20 años. ¿Cómo vas a elegir a un presidente que no ha pagado impuestos y es un evasor fiscal con todas sus consecuencias?” “No me importa, yo votaré por AMLO.”
Disparé más argumentos sólidos que se estrellaban contra una pared: “Cuando fue jefe de Gobierno se negó a ejecutar sentencias de los tribunales; o sea, se sumó a la total destrucción del escaso Estado de Derecho con que lamentablemente contamos y además bloqueó el Senado de la República para que no se pudiera legislar en temas contrarios a sus intereses…” “No me importa, yo votaré por AMLO.” “¿Sabes que es imposible ahorrar 500 mil millones de pesos derivados supuestamente de la corrupción porque se paralizaría el gobierno federal y provocaríamos otra quiebra nacional?” “No me importa, yo votaré por AMLO.” “¡No se pueden reducir los sueldos de los burócratas porque existe una ley federal del Trabajo y la corte se llenaría de amparos!” “No me importa, yo votaré por AMLO.”
Ante la sordera evidente de mi interlocutora, vacié inútilmente el resto de la cartuchera: “El fiscal anticorrupción lo deben escoger los ciudadanos y no el presidente en aras de la mínima imparcialidad… Morena no debe ser un botín en donde se enriquecen los familiares de AMLO con dinero público… No les podemos permitir que se regalen miles de millones de pesos a ninis, madres solteras, estudiantes, ancianos y desempleados, entre otros más, porque ningún presupuesto federal de egresos resistirá semejante nivel de gasto. México tronará… La revocación del mandato la debe decidir el congreso y no los ciudadanos sobornados por el tirano para engañar a la opinión pública… Un supuesto “juarista” no invita al Papa a intervenir en los asuntos internos de México... ¿La honestidad valiente en Morena la representan Gómez Urrutia, Elba y Bejarano, entre otros más…? Tu candidato es incapaz de defender sus ideas en un debate público; ama tantos a los pobres que los va a multiplicar por todo el país… Pretende acabar con los huachicoleros con su “Constitución Moral”, con su “república amorosa”, en lugar de usar a la fuerza pública… Su ejemplo de líder moral mesiánico solo disparó al infinito el número de secuestros en la Ciudad de México, un horror de horrores… AMLO es el viejo PRI del que nadie quiere acordarse…
¿Respuesta? “Yo votaré por AMLO, yo votaré por AMLO, yo votaré por AMLO, yo votaré por AMLO, yo votaré por AMLO…
Querido y respetado lector: ¿Tú nunca le has hablado a una pared? Yo sí…
Twitter: @fmartinmoreno