Por iniciativa de la Secretaría de Turismo, la semana pasada se llevó a cabo un foro sobre estadísticas del turismo, orientado al fortalecimiento de competencia de los responsables estatales del seguimiento de estos procesos.

Por sí mismo, el foro es una iniciativa acertada pues permite la discusión sobre los avances y retos presentes en la materia; así, por ejemplo, uno de los temas centrales en los trabajos fue la incorporación de herramientas tecnológicas de avanzada, como el ‘Big Data’, para mejorar las capacidades de medición del fenómeno turístico.

En el marco de este evento, tuve la oportunidad de participar en un panel que fue moderado por el presidente del Inegi, Julio Santaella y contó con la participación del secretario de Turismo, Enrique de la Madrid y del director de la Canaero, Rodrigo Perez-Alonso. En mis intervenciones, además de reconocer la pertinencia del foro, puse sobre la mesa la necesidad de orientar la discusión sobre dos temas en la mira del perfeccionamiento de las capacidades de la valoración del peso económico y social del turismo: por un lado, en la parte que bien podríamos denominar como los ‘fierros’, es decir de los avances y pendientes en cuanto a las herramientas estadísticas de las que se dispone y, por otra parte, sobre la utilización de la información para la toma de decisiones y, sobre todo, para el posicionamiento estratégico del turismo en la agenda nacional.

De esta forma, y sobre el primero de estos puntos, es necesario reconocer que hay avances relevantes en el tiempo: México cuenta con una Cuenta Satélite del Turismo razonablemente confiable que permite tener una valoración de la incidencia económica del sector, asimismo, se cuenta con un indicador oportuno de la evolución trimestral de la actividad; estos instrumentos son preparados por el Inegi. De igual forma, se debe reconocer el mantenimiento de la estadística del turismo internacional, gracias a un mejor sistema de información migratoria que ha permitido al Banco de México, mejorar los procesos relacionados con la Cuenta de viajeros internacionales. Como lo comentamos en la anterior entrega de ‘En clave turística’, en breve se concretará el relevo del banco central en el seguimiento de este operativo estadístico, que será asumido por el Inegi.

Reconocer los avances obtenidos no supone omitir que hay retos pendientes, como la estadística del turismo fronterizo que aunque supone una parte pequeña de los ingresos turísticos, siempre ha suscitado dudas ante la falta de registros administrativos.

En mi opinión, es particularmente urgente clarificar y profundizar en la medición del empleo turístico, habida cuenta de la condición del turismo como actividad intensiva en uso de mano de obra. Hoy día tenemos tres magnitudes ‘oficiales’ con información diferente: la de Inegi en la Cuenta Satélite, la elaborada por la propia Secretaría de Turismo y la que se deriva del Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo. En especial creo que la estimación del empleo indirecto debe ser revisada, pues si bien la noción de que un empleo directo en la hotelería (subrayo este punto) genera 2.5 empleo indirectos puede ser más o menos vigente, esto no tendría porque ser extensivo al conjunto de la industria.

Del lado del componente estratégico de la información, me parece que nos enfrentamos a dos situaciones especialmente desafiantes: las dudas que gravitan sobre la información del sector en el componente de la operación hotelera relacionadas con la resistencia de los particulares a entregar información por pensar que puede ser utilizada para fines fiscales; y por la tentación de algunas autoridades estatales que suelen tener la tentación de magnificar los datos. Tengo la impresión de que no todas las dependencias estatales de turismo se han preocupado en otorgar los recursos suficientes para el mantenimiento de sistemas de información estadística confiables.

Finalmente, me parece que el punto más crítico en estos menesteres, es la necesidad de asumir que el sector no ha logrado construir de manera robusta el pleno reconocimiento de sus aportaciones al país, que aunque las tiene de sobra, no han sido incorporadas en su justa dimensión, prueba de ello es la falta crónica de apoyos a la industria y en el momento actual, la tentación de eliminar las campañas de promoción turística, lo que de concretarse, no solo se traduciría en un daño a las empresas, sino que afectaría variables macroeconómicas fundamentales, como la inversión, el empleo y los ingresos de divisas para compensar una crónica Balanza Comercial deficitaria.


Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México.
Twitter: @fcomadrid

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