Al inicio de la semana pasada, quienes ingresamos a la página de internet del Banco de México, buscando la actualización de la información sobre el movimiento turístico internacional hacia nuestro país, nos encontramos con un aviso de que esta será la última ocasión en que la institución estará proporcionando esta información y, en lo sucesivo, la entidad responsable de estas mediciones y su divulgación será el Inegi.
En realidad, no es una novedad que los operativos estadísticos se trasladen del banco central a la entidad que tiene el mandato constitucional de normar y coordinar el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica. En el pasado reciente, así ha sucedido con la estimación tanto de la Balanza Comercial, como con la de la inflación.
De acuerdo con la información con la que contamos, esta transición no es, de ninguna manera, un proceso apresurado y desordenado; por el contrario, a partir de un convenio que se suscribió en noviembre del año pasado, los equipos de trabajo de ambas instituciones han venido realizando los preparativos para concretar el traslado de responsabilidades de manera coordinada. Es muy importante señalar que las bases metodológicas seguirán siendo las mismas, las que, por cierto, están alineadas con las recomendaciones internacionales en la materia.
El traslado de este operativo estadístico es un telón de fondo oportuno para plantearse tres preguntas: ¿es la información que hasta ahora difunde el Banco de México confiable?, ¿es esta información perfecta? y ¿se puede mejorar la información?
La primera pregunta es, particularmente relevante, pues en los últimos tiempos se ha cuestionado la certeza de la información, específicamente en lo que se refiere al turismo fronterizo. En parte, esta inquietud está fundada en un salto de 40% en el volumen de estos viajeros en el año 2014 reportado por Banco de México que no pareciera corresponder con la realidad que se observa en el mercado; por cierto, en este mismo espacio fuimos los primeros en advertir esta situación. No obstante, no se puede olvidar que el interés del Banco en estas mediciones obedece al dimensionamiento de los flujos monetarios y no al del volumen de las personas que viajan; así, las variaciones en el ingreso de divisas de este segmento de viajes no reflejaban variaciones extraordinarias en ese momento.
De la misma manera se debe tener en cuenta que en la búsqueda de contar con mejor información es usual que las metodologías se ajusten de tanto en tanto y, por ende, puede haber variaciones en las series estadísticas. Me parece inimaginable pensar que dada la seriedad del Banco de México, existan incentivos para inflar artificialmente los volúmenes de viajeros.
En segundo término, es evidente que la información no es perfecta, pues si bien parte de la información primaria proviene de registros administrativos (formas migratorias) otra parte se deriva de procesos muestrales que pueden ser muy complejos, tanto en lo que se refiere al dimensionamiento del fenómeno migratorio fronterizo, como en lo que tiene que ver con el gasto de los turistas que pueden ocultar —de manera deliberada o no deliberada—, en su respuesta a una encuesta una parte de sus gastos. Esto sucede aquí y en otras latitudes, por ejemplo, Estados Unidos modificó por razones metodológicas, también la semana pasada, sus estimaciones de las llegadas de turistas internacionales de 2017.
Finalmente, por lo que hace a la tercera pregunta, pues es evidente que se puede mejorar la precisión y cobertura de la información, una vez que el objetivo central de la encuesta ha dejado der ser la medición de los flujos monetarios. Para ello, sería de la mayor utilidad que en el seno del Comité Técnico Especializado de Estadísticas Económicas del Sector Turismo, se adopte una visión incluyente para escuchar las opiniones, necesidades y propuestas de la industria y del sector académico, en la búsqueda de contar con mejor información para la toma de decisiones de los agentes del sector, pero también para fortalecer el posicionamiento de la importancia de la actividad turística en el país. De igual forma, es necesario estudiar las mejores prácticas internacionales e incorporar tecnología digital en los procesos de recopilación de información.
El turismo será importante en la agenda nacional, en la medida que se demuestre su capacidad real para contribuir a genera desarrollo social y económico.