Vaya semana entre pueblos hermanos, en la que particularmente surge la figura del Rey, por la dichosa carta no publicada, pero sí un video de más de seis minutos de consecuencias mediáticas, casi políticas, y del que nadie se ha ocupado en relación con el deporte y —desde luego— con el futbol.

Me sentí en 1981, cuando le gritaban —a nuestro Hugo Sánchez — “¡indio!”, desde la grada del Calderón o el Bernabéu . Llevo semanas en esta columna tratando de decirle a Marcelo Ebrard y —en general— a quien me lea, que se necesita de una política en materia migratoria que nos facilite a los mexicanos, pero en especial a nuestros futbolistas, trabajar en España a través de un pasaporte comunitario o de la firma de un tratado, como los que se tienen con África y algunos países del Caribe .

A nosotros los mexicanos se nos negó tener dos nacionalidades durante mucho tiempo, sin renunciar a la mexicana, y orgullosos que somos. Era una u otra y, entonces, nuestros padres o abuelos se limitaron a ser mexicanos por nacimiento o naturalización. Sin embargo, en los años 80, de repente la política exterior mexicana cambió y hoy en día conozco quien es mexicano, español y suizo, habiendo nacido en México o en Colombia.

Entonces llega Andrés Manuel, a quien en Santander le abren la puerta y el corazón, porque de ahí es su abuelo.

Entonces también mi hipótesis de que no hay mejor sitio para un futbolista mexicano que quiera jugar en Europa que España, por el lenguaje y las costumbres.

Es la misma semana en la que la Selección juega sin Herrera, porque puede hacerse comunitario y hasta lo anuncian en el Atlético de Madrid.

En esta misma semana, el desquicio: pedirle al Rey Felipe VI que pida perdón por los agravios cometidos hace 500 años.

Se voló la barda el Presidente.En España , como era de esperarse, también se da una reacción lógica a tal “ocurrencia”.

Nos has quemado los pies, Andrés.

Ni al caso tu ocurrencia, que es descaro.

Gobierna allá que es donde puedes.

Y a nosotros, si no nos ayudas, no nos quemes.

Emprendimos nuestra propia conquista.

Se te olvida la buena prosa y la poesía.

Habla de Nepantla, de Juana Inés.

De las letras, de la quimera.

Déjate de agravios, que ya de por sí suficiente es vivir fuera.

Quinientos años más tarde tenemos patria europea.

Jugamos mas allá de la frontera.

En España, somos la comunidad mexicana más numerosa que reside en el extranjero, a la que sólo por geografía nos superan Estados Unidos y Canadá.

La vida no se trata de pedir, sino de dar.

Aquel al que insultaron, se coronó cinco veces y le mostró al mundo del futbol un México conquistador, no conquistado.

Así namás.

@fernando_andere

Texto escrito por nuestro columnista desde España, donde reside.

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