En la dinámica actual del futbol, el cambio hace bien y la búsqueda continua lo enriquece. Los equipos top van marcando la pauta y se llevan lo mejor. Pero muy pocos, en el análisis, se dan cuenta del daño que le van haciendo a la afición y al propio balompié, no sólo en México , sino en el mundo entero, al llevarse a los grandes jugadores e ir formando así mejores equipos. Paradójico, ¿verdad?

Dolor para una afición y algarabía para otra. Profesionalismo. Mercado. Cartera.

Me veo en Milán a nada de iniciar la temporada y la noticia en los puestos de periódicos es la llegada de Cristiano Ronaldo a la Juventus . Me sitúo en Madrid esta semana del 0-3 y el clamor popular es: “¡Cómo te extraño CR7!”. Sé que me fui al extremo, al ejemplo supremo, a los dos grandes de España y del mundo, pero —partiendo de ahí—, en esa búsqueda por mejorar, el problema va más allá.

Dejando de lado Madrid y Barcelona, vayamos a nosotros los mortales. En un ejercicio individual, los invito a pensar si tuvieron de niños un ídolo jugando en el futbol mexicano. En los 70, por ejemplo, ahora que está de moda ROMA : Horacio, Bustos, Marín, Kalimán , hablando de Cruz Azul; Reinoso, Borja,

Pata Bendita del América

. En mi caso, Toño Mota, Carlos Albert y el Huesos Montoya , con Necaxa. No voy a explicar mis razones, pero tenía 7 años. Mis amigos y yo, cada uno, defendía a su equipo hablando de ídolos. Tenía unos cuates que le iban al Toluca, todo era Albino Morales y Vicente Pereda.

Cuando quise, más adelante, seguirle yendo al Necaxa , “desaparecimos y nos hicimos” Atlético Español . ¿Saben por qué quiero a Tomás Boy ? Porque no era “tigre”, era “toro”, y cuando se la daba por la derecha a la Cobra Muñante, ya estaba listo Ricardo Brandón para meterla. (Me emocioné, disculpen).

Pero es individual el ejercicio y viajen por favor a sus 7 ó 10 años.

Ahora vamos a los 80 o a los 90. Nos alcanzó el destino y, después de Rafa Márquez, Cuauhtémoc Blanco, Jared Borgetti, ¿a qué futbolista nacional ubicamos en México como un ídolo al que queremos y podemos ir a ver?

Cuando un jugador emigra, es cierto que da gusto. Tenemos esperanza de un mejor futbol como país. Pero cada día es más difícil identificarnos con unos colores.

La regla 9/9, la inmediatez, la convulsión en redes sociales, el alto costo de la vida, la globalización; pero la falta de identidad a través de una figura emblemática tricolor, jugando y metiendo goles en el futbol mexicano, está haciendo un vacío que, cuando volteemos a ver, no vamos a tener cómo llenar.

De cierto, ya le voy al Betis , manque pierda, por aquello de Guardado y Lainez.

@fernando_andere

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