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Cuando salió O Fenómeno, el verdadero Ronaldo , sabíamos que habría espectáculo. Si a eso le sumamos las postales de un país tan lleno de historia, música y baile tradicional en las pantallas del estadio, eso ya provocaba muchos sentimientos.
Robbie Williams
en su faceta de Morrisey (el que entendió, entendió) prendió aún más al estadio Luzhniki y al cantar “Angel”, con la soprano rusa Aida Garifullina , el caldo estaba hervido.
Esa sensación que da justo en el previo de una fiesta tan importante. Casillas puso la Copa en la cancha y Natalia Vodiónova engalanó el momento. Rusia se conectó con el mundo gracias a un balón, al Telstar . Y de ahí la juerga no para y —al parecer— no pararán los festejos en las ciudades mundialistas gracias a la goleada de escándalo de su selección, que terminó por ponerle la cereza al pastel.
A Cherchesov le salió todo. Hasta la malaria de ocho juegos sin ganar quedó de lado para fomentar la idea de que la preparación contra puro grande como Brasil, España, Alemania y Argentina , valió la pena para medir tus aspiraciones y quitarle el nervio a tus futbolistas.
Seguro dirán: “Pero es Arabia Saudita ”, y tienen razón, pero nadie esperaba la cátedra y contundencia del equipo local. La lesión de Dzagoev después del 1-0 prendía los focos. Lo que no sabían es que no sería de alarma, sino de fiesta.
Los rusos se comieron a los árabes, jugaron por nota y ante un partido abierto, y sin idea de cómo corregir de Pizzi, quien evidentemente sin conocer el idioma no pudo ajustar... Además de que entre Golovin , que hizo un partido tan fino, que seguro será candidato para emigrar a equipos con buenos reflectores y Cheryshev, que ya hizo uno de los goles del Mundial, le pasaron por encima a los de l Medio Oriente y les sepultaron cualquier posibilidad de competir.
Con este resultado hierve Rusia, se engancha su gente, el DT gana confianza y sus jugadores, que no son mediáticos, ganarán respeto y proyección. Un resultado que seguro cambiará el destino del grupo. Si Uruguay llega gitano y Egipto con miedo de no tener a Salah al 100%, los anfitriones pueden agarrar ritmo y levantar la mano para ser un Caballo Negro de este Mundial.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A ese pequeño momento en el que gracias a sus raíces y postales en la bella inauguración y el poderío que no imaginaban de su selección, podemos decir que ya inició la Copa: ¡en la Matrioshka!