No, no voy a escribir de nuestra amada y convulsionada Selección que volvió a perder el orgullo y las ideas de cómo jugar al futbol contra el nuevo padre deportivo, los chilenos. Ya mucho espacio desperdiciado en los homenajes a l Tuca y el despertar de las nuevas generaciones.

Mas bien, quiero poner en la mesa el debate innecesario que se ha gestado en las redes sociales al enterarnos que el Canelo, sí, el tapatío Saúl Álvarez es ya el deportista mejor pagado de la historia . Por eso, mejor nombre para esta columna no pude haber encontrado: la estafa maestra.

Parte de una quirúrgica operación de marketing deportivo, acompañado de buenas novelas en Televisa hasta con noviazgo incluido, pasando por la conexiones más potentes del mexicano más rico con Telmex y Grupo Claro, hasta un rescate a corta edad de la casa del boxeo en TV Azteca , le dieron el impulso necesario para provocar una conversación repetida en los foros de los medios de comunicación con el debate del verdadero nivel del pugilista.

Ahí es donde, promover un sueldo tan elevado en la era de la información es también un mensaje de que el segundo deporte que más ama el mexicano carece de credibilidad. Y ojo, no estoy en contra de lo que gana, ni siquiera de su carrera deportiva, que es loable; sólo que es una farsa y un engaño creer que el Canelo , por su monetización como atleta de alto rendimiento, sea el mejor de este país como muchos nos los están vendiendo.

Seguro seguirá en la alta burbuja de l boxeo , con peleas complejas y otras a modo, con jueces parciales o profesionales, con más marcas rodeadas a la mina de oro. Pero creo que la reflexión deberá ser aún más profunda para entender el fenómeno, antes de creer siquiera que estamos ante el nuevo César de los puños .

¡Bienvenidos, bienvenidos! A una pregunta obligatoria a los conocedores de este deporte: ¿será que el sueldo del Canelo sigue siendo parte de la Estafa Maestra?

@EnriqueVonBeas ‏

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