Además autor de varios libros imprescindibles para la literatura del mundo y creador del inspector Dolores Morales, protagonista de Ya nadie llora por mí, novela policiaca publicada por Alfaguara, en España en octubre de 2017, y en México en noviembre del mismo año. Es la segunda obra con el detective Morales y su equipo, donde este escritor, que recibirá el mencionado Premio en el paraninfo de la Universidad de Alcalá, en España, el próximo 23 de abril, demuestra que su imaginación, su estilo y su maestría están tan bien cimentadas que es capaz de trabajar cualquier tipo de escritura y, la verdad, la novela negra se le da muy bien.

En la novela anterior, el subinspector Bert Dixon, más conocido como Lord Dixon, cayó acribillado cuando los narcos emboscaron el Lada, el carro ruso de Morales; una pérdida que sentimos los lectores de Ramírez al grado de que varios le reclamamos semejante atrevimiento. Pero Lord Dixon no se fue, continúa acompañando al inspector en sus correrías, aconsejándolo y también señalando las debilidades de un detective que tiene “afición constante a las camas ajenas”, además de ser un marginado del poder ya que goza del encono de los poderosos, entre ellos, Tongolele, el vengativo jefe de Inteligencia de la Policía Nacional que lo odia sin importarle su pasado guerrillero, sin considerar que haya perdido una pierna en combate y sufra esa carencia a pesar de la prótesis, cada que sube una escalera. La historia transcurre en la Managua contemporánea, llena de nuevos ricos oportunistas, árboles de la vida de utilería y de marginados que se la partieron en el frente, como Rambo, y que lo único que consiguieron fue una patada en el trasero.

Ramírez nos cuenta que Morales fue contratado por el multimillonario Miguel Soto para buscar a su hijastra Marcela, una joven de veintitantos años que desapareció días atrás, con la indicación muy clara de que si la encuentra sólo se lo diga a él. A Lord Dixon no le gusta la propuesta, sobre todo porque el magnate prohíbe investigar y sólo le proporciona algunas fotos de una chica triste y muy delgada. El detective, que siempre recibe la ayuda de su asistente, doña Sofía, la pone al tanto y se movilizan ignorando las órdenes del ricachón. Doña Sofía cuenta con un grupo de investigación formado por el peluquero Ovidio, que con su primo tiene una peluquería al lado de la oficina del inspector, y de Vademécum, un médico al que le fue cancelada su licencia por practicar un aborto a una jovencita de 13 años violada. También es parte del equipo la Fanny, novia del inspector, una señora con cáncer terminal, que además es celosa y brava. El equipo no repara en las exigencias de Soto e inician las pesquisas. Parten de la revista ¡Hola!, donde doña Ángela, madre de Marcela, ocupa un lugar preponderante. La Fanny, que trabaja en una poderosa empresa telefónica, investiga las llamadas que partieron del celular de la desaparecida y de Frank, su mejor amigo y confidente. Después de que Morales conversa con él y consigue su número. Durante dos intensos días, el grupo descubrirá la vida del magnate y su gran poder para controlar los medios de comunicación y mover los hilos oficiales a su favor, sobre todo a Tongolele, que recibe la oportunidad de cobrarle al inspector Morales hasta lo que no le debe.

Sergio Ramírez, que es orgullosamente nicaragüense y no niega el dolor que le produce la miseria de su país y el estrepitoso fracaso del gobierno, nos lleva de hora en hora, en una investigación detectivesca inteligente y con un sentido del humor envidiable. Además exhibe un dominio de la cultura popular que fortalece el perfil de los personajes. Los apodos son Rambo, Tongolele, Justin Bieber, la Maléfica, Bob Esponja, el agente Smith; menciona el cine México, derribado con el temblor de 1972, que conserva un cartel donde aparece el inolvidable actor del cine mexicano Carlos López Moctezuma; nos muestra la Managua turística; las enormes plazas comerciales, como en todas partes. El tratamiento a cada personaje es sutil, tipo filigrana: encontrarán a la Reverenda, la Sacristana, Mónica Maritano, Hermelinda, Gallo Flaco, don Narciso, el Rey de los Zopilotes, Chepe y algunos otros que contribuyen al dinamismo de la narrativa y al desarrollo subyugante de una trama de dura solamente 48 horas. La van a disfrutar, estoy seguro, y querrán dar un abrazo a Sergio por su premio y, claro, por Ya nadie llora por mí. Ya me contarán.

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