“Un crimen en Colombia… hay un veinticinco por ciento de probabilidades de que haya sido la guerrilla; otro veinticinco… de que hayan sido los paramilitares; la delincuencia común y los narcos se llevan otro veinticinco; y el último… se lo reparten el ejército, la policía y los agentes de seguridad del gobierno.” Revela Pedro Badrán en su libro de episodios, Margarita entre los cerdos, publicado por Penguin Random House, en Bogotá, Colombia, en noviembre de 2017. En cada una de las historias, el detective Ulises Lopera trata de explicarse a sí mismo en una realidad violenta y corrupta, donde no hay reglas fijas y lo importante es sobrevivir a toda costa, y disfrutar “el dulce sabor de la impunidad”.
Pedro Badrán, que nació a orillas del río Magdalena, en Magangué, Bolívar, Colombia, es un acucioso escritor de novela negra, un autor que cuida hasta el detalle más ínfimo de sus historias sin abrir las puertas que como privilegio corresponden al lector en esa convivencia pactada alrededor del culpable. Margarita entre los cerdos consta de nueve cuentos, episodios, diría yo, en que Ulises Lopera se presenta siendo miembro de la policía bajo el mando del doctor Rebolledo, y Facundo Lizarazo como compañero de pesquisas. Los dos primeros cuentos dan una idea de la formación de Ulises, primero como soldado que combate a la guerrilla en la selva, y segundo como perteneciente a una familia de ladrones de cajas fuertes que ofrece una interesante revelación. El resto de los episodios aparece como un detective de la policía, casado con una mujer celosa, con una hija pequeña, que luego es despedido por su jefe por meterse con una de sus amantes. Los textos son ágiles, bien contados, respetuosos de la forma y ocurren en Bogotá con breves movimientos a regiones cercanas. Badrán no tiene empacho en señalar la realidad contemporánea de su país, esa a la que los escritores ponemos nombre todos los días. “Un cura corrompido es más peligroso que un guerrillero”, manifiesta, y diga usted si le asiste o no la razón; además de que los detectives reciben el famoso sobre manila con dinero que parece ser una constante en muchos países.
El cuento que da título al libro trata de una chica joven, inteligente, guapa, pelirroja, que cae en la tentación de la droga y se convierte en líder de un grupo de adictos de ambos sexos. La madre, que resulta ser una mujer insoportable, contrata al detective Lopera para que la localice. La encuentra en un picadero disfrazado de antro. La chica le pide que comparta con ellos porque ya sabe que lo envió su madre. ¿Qué creen que pasa después? Como su curiosidad es grande dejaré que lo descubran en la lectura del cuento y desde luego, del libro, que aunque no es una novela, sigue algunas lineamientos típicos de ese género, como el espacio donde ocurren las historias y la presencia constante de los mismos personajes. El coronel Rivarola les va a gustar, su hija le cuenta a Lopera y a un periodista gringo, “Mi padre estaba investigando a un general que controla varias redes del microtráfico en Bogotá y Medellín”, cuando le preguntan por qué lo encontraron con un tiro en la cabeza frente al cadáver de su hijo. ¿Quieren saber qué le pidió Rebolledo al detective privado Lopera cuando se enteró de que estaba investigando este asunto? Me gustaría contarlo, pero mi pudor de lector de novelas policiacas me lo impide.
Valbuena es un caso muy interesante, un sujeto que “hubiera hecho palidecer a Marlon Brando”. Les va a encantar a las mujeres porque se trata de un hombre guapo, atlético, conversador, que sabía llegar a las entretelas del corazón y otras entretelas. Un tipo tremendo, como Lázaro Aranguren, que resuelve “El misterio del cuarto amarillo”, cuento que cierra el libro. En fin, son nueve historias que agregarán delicias a un trío de horas de su azarosa vida. Sin mayor esfuerzo podrán experimentar cómo la literatura nos rescata de la cotidianidad y nos propone horizontes mágicos que nos vuelven, no solo más sensibles, sino más abiertos a comprender los fenómenos que ensucian el mundo. Margarita entre los cerdos, es una libro colombiano que fue escrito para leerse en esta época y en múltiples lugares, entre ellos México, cuyas piedras en los zapatos aumentan con los días. No tengo dudas de que el arte, y en particular la literatura, une personas. Nos da motivos para pensar y sonreír, como la presente creación de Pedro Badrán. Ya me contarán.