Asevera el escritor colombiano Triunfo Arciniegas en su novela Dulce animal de compañía, publicada por Penguin Random House Alfaguara, en marzo de 2019, en Bogotá Colombia, y usted puede reflexionar, recordar momentos, bocas y cuerpos, determinar cuántos besos ha robado en su vida y cuántos ha trabajado lentamente con la esperanza de complacerse lo más posible, de sentir si es verdad que el destino de los seres humanos está definido por los besos, y que no todos los besos son iguales. Y es que hay que comer y besar que el mundo se va a acabar.
Triunfo Arciniegas nació en Málaga, Santander, Colombia, y de acuerdo con Octavio Escobar Giraldo, es el mejor escritor colombiano de cuentos para niños y uno de los mejores de América Latina. Sin embargo, Dulce animal de compañía es una novela para adultos, un laberinto de emociones encontradas donde el amor es un cubo de Rubik infinito que es imposible poner en orden. Usted lo sabe. Son pocas las personas que logran que el amor sea el eje rector de sus vidas. Renata, la atractiva personaje más notable de la novela, tiene un descalabro del que consigue salir enfrentando con valor su pasado y abriendo su corazón a un futuro incierto pero elegido cuidadosamente. Superó el recuerdo de “doce besos depositados en sus rincones más secretos” que la cimbraron, y supo que debía llenar una maleta e instalarse en una nueva situación amorosa a la que tenía derecho. En esta novela, el autor deja muy claro que en asuntos amorosos la mayoría de las decisiones las toman las mujeres. Tal es la determinación de Teresa, Maritza, Carmen, Juana, Candela, Gloria, Cecilia, Celeste y otras, que bajo la idea de que vida solo hay una, corren todos los riesgos para encontrar con quien vivir una vida plena de amor. Como ven, la idea de que el amor es una cosa esplendorosa es mundial, algo que “no se sacia con todas las palabras de las bocas”. Gracias a Dios.
Aparecen una manada de toros bravos, una coneja y un caballo blanco. Los toros simbolizan, entre otras cosas, la muerte violenta y es un elemento que une algunos amorosos y desune a los temerosos. La coneja mata a sus crías y los deposita fuera de su madriguera y el caballo blanco es la muerte que espera a los que equivocan el camino. Unas veces galopa y otra va al trote. Toda temeridad tiene su precio y no pocas veces se paga caro. Ya verán lo que le ocurrió al viejo Morantes, a Víctor Manuel, a Daniel Montes y a Oviedo El oscuro, entre otros. Todos, tanto ellas como ellos, son bailarines de una “coreografía de la noche sin Dios”. Les llamará la atención el cabo Ardilla, que fue jefe de Antonio Cáceres y de Oviedo El oscuro cuando fueron soldados, pero no les voy a contar porque hay misterios que no se deben compartir, y usted debe enterarse por sí mismo por qué Renata expresa, “averigua dónde tienes el corazón” y en qué momento lo exterioriza. Arciniegas consigue amalgamar hombres con mujeres en los momentos más críticos de sus vidas. Encontrará algunos canciones, como “Amor perdido”, que le quitarán el aliento.
“Los fantasmas son amores que no se han dejado matar”, señala el autor, un escritor que conoce bien el alma femenina y perfectamente dotado para enriquecer su obra infantil con esta novela, que es una pieza que se va complementando mientras avanza, mientras conocemos los intersticios de sus vidas y sueños. Arciniegas cuenta sin miedo, sabe que su cubo de Rubik se acomodará según los intereses de cada lector. Al final de la novela, crece Antonio Cáceres, un joven con una personalidad diferente pero que teme a los compromisos serios. Crece tanto que se deja el bigote. Encontrarán a un autor con gran frescura, un experto en el tratamiento del capítulo corto, dueño de una gran paciencia. Los personaje entran y salen, el equilibrio entre los que buscan y entre los que jamás encontrarán es patente. Entre ellos sobresale la vida de don José y doña Ceci, los únicos que supieron labrar un destino a partir de su amor. Los animales mencionados siempre estarán presentes, como parte de un destino ineludible. No tengo dudas que compartirán con Triunfo Arciniegas el arte de narrar y el placer que se manifiesta en la mayoría de las acciones de los personajes. Ya me contarán y estaremos de acuerdo en que es una novela para disfrutar y, desde luego, una obra que ya tiene un lugar en la narrativa contemporánea.