El presidente del PRI, Enrique Ochoa, se equivocó al tratar de descalificar a los militantes del Movimiento Regeneración Nacional.
En acto público, retomó (corregido y aumentado) el chistorete de Jaime Rodríguez.
El Bronco dijo que Morena ya era PRIeta.
En el equipo tricolor les pareció tan gracioso que no se dieron cuenta de la connotación, más allá del juego de palabras.
Tan no lo hicieron que en Tabasco, Ochoa declaró: “Hay algunos que se van huyendo a Morena… son los prietos… son prietos pero ya no aprietan”.
Al racismo, le sumó la misoginia.
No conforme con expresarse de esa manera en el templete, subió el video a su cuenta de Twitter.
La lluvia de críticas no se hizo esperar. El líder del Revolucionario Institucional borró el tuit y enmendó.
Al día siguiente, con el afán de ganar votos de los más conservadores, el aspirante del PRI a la Jefatura de Gobierno, Mikel Arriola, declaró que está en contra del uso de la marihuana recreativa y de la adopción entre parejas del mismo sexo. “La Ciudad de México será la ciudad de los valores, de la familia”, remarcó.
Querrá decir de “sus” valores y “su” familia. Y eso no podrá suceder.
La Suprema Corte de Justicia refrendó lo dispuesto por el Código Civil de la capital, confirmando la importancia de la Constitución, nuestras leyes y los tratados internacionales en la protección de derechos de todos y todas.
Este 11 de junio se festejan XV años de la institucionalización de la lucha contra la discriminación, con el decreto de la Ley Federal para prevenirla y la creación del Conapred.
Ojalá se sumaran a la celebración, en serio, Ochoa y Arriola.
Sin duda, la de Mikel es una estrategia electoral. Pero también una postura personal que magnifica el discurso de odio en una campaña de gran difusión. Ese discurso que juzga a hombres y mujeres por su color de piel, preferencias sexuales, género o edad. Que fortalece prejuicios y estereotipos. Que está dispuesto a asignar roles y arrebatar sueños y oportunidades.
Hay que recalcar, eso sí, que entre el presidente del partido y su candidato hay una gran diferencia:
Enrique Ochoa reconoció el error y se disculpó.
Mikel Arriola, en cambio, corroboró su homofobia y recibió el apoyo del polémico grupo de ultraderecha Frente Nacional por la Familia.
Urge pues, voltear hacia el cobijo que brinda el Estado de Derecho. Ese Estado que requiere ser rescatado de la clase política actual.
RAZONES Y PASIONES: En ranking de Estado de Derecho, la gestión de Enrique Peña Nieto logró que nuestro país se parezca cada vez más a Venezuela. Ya nos acercó.
En dos años, México cayó cuatro escaños, de acuerdo a The World Justice Project. Se encuentra en el lugar 92 de 113. Abajo de Uzbekistán, arriba de Sierra Leona y Liberia. La nación (des)gobernada por Nicolás Maduro ocupa el último lugar.